miércoles, 19 de mayo de 2010

19-05-2010 - Detenido un grupo albanés que cometió 20 robos con butrones


Los cinco detenidos fingían ser empleados nocturnos de empresas de Alicante para pasar desapercibidos entre el vecindario

La Guardia Civil ha detenido a los cinco miembros de nacionalidad albanesa de una organización que perpetró más de una veintena de robos con fuerza en empresas y viviendas habitadas de las provincias de Alicante, Murcia, Almería y Granada. Los arrestados, con más de cien antecedentes policiales, fueron interceptados cuando regresaban a sus domicilios después de pasar una noche reconociendo empresas susceptibles de ser robadas.
La operación 'Sapo', llevada a cabo en la provincia de Alicante, se ha saldado con otros cuatro imputados que prestaban labores de apoyo y cobertura a la organización y seis registros domiciliarios practicados, en los cuales se han recuperado herramientas para la comisión de sus acciones delictivas, joyas, televisiones o inhibidores de frecuencia. Según el Instituto Armado, la investigación se inició a finales de año cuando se detectó la existencia de un grupo organizado «muy activo» dedicado al robo de empresas y viviendas en diversas provincias del arco mediterráneo, utilizando el procedimiento del butrón. Seguidamente, los agentes constataron que el grupo estaba asentado en varias urbanizaciones de Torrevieja y Orihuela , donde fingían ser empleados nocturnos de empresas de la comarca para poder pasar desapercibidos entre el vecindario.
A diario, los miembros del grupo se reunían en un bar próximo a su lugar de residencia para después desplazarse a polígonos industriales de Alicante, Murcia, Almería o Granada, a bordo de vehículos de alquiler para efectuar un reconocimiento de los exteriores de empresas y viviendas..
Una vez estudiadas las medidas de seguridad, las vías de escape o el grosor de las paredes, se desplazaban a escondites ubicados en descampados próximos a su residencia, donde se ataviaban con ropa oscura y recogían todo el material necesario para cometer el robo en las empresas reconocidas el día anterior. Tras perpetrar el golpe, regresaban de madrugada a sus domicilios, pasando de nuevo por los zulos donde depositaban el material y el botín obtenido en los robos cometidos. Al cabo de unos días retiraban de los escondites el botín, dándole salida en el mercado clandestino a través de receptadores o mediante envíos de dinero o paquetería a su país de origen.
Las mujeres de la organización, encargadas de la logística, daban cobertura mediante el alquiler de viviendas, adquisición de teléfonos móviles, envíos de dinero a sus países o contravigilancias en las entradas y salidas de los domicilios. Además, los detenidos contaban con la colaboración del empleado de una empresa de alquiler de vehículos.

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