sábado, 22 de noviembre de 2008

Los propietarios agredidos por un inquilino y su cuñado llevaban 10 meses sin cobrar el alquiler

Sucesos
J. A. MARRAHÍ| VALENCIA

Heridos de una paliza, sin cobrar lo que es suyo, amenazados de muerte e inmersos en un amargo proceso judicial. Así ha acabado un matrimonio valenciano tras la paliza que sufrieron en la medianoche del miércoles por parte de un inquilino y su cuñado. Este familiar lanzó por las escaleras al casero y golpeó a su esposa. "Me arrojaron sin mediar palabra", lamentó el hombre.

Como ayer avanzó LAS PROVINCIAS, las víctimas, que prefieren mantenerse en el anonimato, viven en la plaza Músico Espí de Valencia. Justo al lado de su vivienda, pared con pared, poseen otra que decidieron arrendar. Hace dos años, una pareja se estableció en este inmueble de alquiler. Los dueños, él de 56 años y ella de 53, no podían imaginar que era el comienzo de una pesadilla.

Al principio, los inquilinos pagaban 400 euros de alquiler más los correspondientes gastos. Sin embargo, "desde enero comenzaron a tener problemas económicos y empezaron a deber dinero", detalló el dueño.

Cuando el matrimonio reclamaba el importe del alquiler decían que estaban atenazados por los problemas económicos y no pagaban. "No tuvimos más remedio que denunciarlos en el juzgado porque no se marchaban", explicó el propietario agredido. El hombre cifra la cantidad adeudada en 6.000 euros, entre pagos del alquiler y gastos.

Pero el infierno no acabó ahí. Después de iniciar los trámites judiciales para que fueran desalojados, llegaron las amenazas por parte de los inquilinos. La dueña de la casa asegura que, en los últimos meses, ha escuchado frases como "ahora os vais a enterar", "tu marido va a morir" o "los accidentes son muy habituales por la calle". Estos hechos también constan en las denuncias interpuestas por la pareja.


Obligados a desalojar
El pasado 8 de septiembre, la batalla judicial de estos propietarios llegó a puerto. Una sentencia obligaba a la pareja y a sus hijos a abandonar el inmueble. La fecha del desalojo era el jueves. El matrimonio ya veía la luz al final del túnel, pero todo se complicó el día antes.

El reloj marcaba las doce y sonó el timbre de la puerta. El hombre abrió y al otro lado se encontró al inquilino y a su cuñado. Comenzó entonces un torbellino de violencia contra él. "¿Qué quieren?". Esto fue lo único que le dio tiempo a decir. La respuesta vino en forma de empujones. "El cuñado del inquilino me enganchó y me tiró siete escalones abajo. Luego, desde el tercer peldaño, se lanzó a reventarme, como en Pressing Catch. Y volvió a repetirlo y volvió a repetirlo...", lamentó el casero.

Mientras, su esposa, presa del pánico, empezó a gritar para pedir auxilio. "El hombre me empujó y me dio un tirón en el cuello que acabé con un dolor de cabeza que yo no conocía. Pensaba que me entraba un derrame cerebral y me moría", describió la mujer. La dueña sacó fuerzas de donde pudo. Logró sobreponerse al dolor, se dirigió a la galería y comenzó a gritar desesperada: "¡Van a matar a mi marido!", clamó con insistencia.

Los vecinos se asomaron a las ventanas y, poco a poco, acudieron en ayuda de las víctimas. "Luego me desmayé", relata la mujer con amargura. Sus recuerdos se desdibujan y lo siguiente que recuerda es estar en una ambulancia de camino al Hospital La Fe, donde ambos fueron curados de sus heridas. Mientras, la Policía Nacional arrestó a los agresores.

El matrimonio se ha quedado sin el dinero del alquiler y, además, debe hacer frente a los desperfectos que los inquilinos han causado en su vivienda. "Tenemos que arreglar daños en la cocina y el cuarto de baño".

sucesos@lasprovincias.es

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