domingo, 30 de noviembre de 2008

La policía detiene a cinco personas que vendían drogas en dos pisos de la Malvarrosa


Los traficantes arrojaron estupefacientes por una ventana al advertir la presencia de los agentes
JAVIER MARTÍNEZ| VALENCIA

Otro golpe al trapicheo de drogas en el barrio valenciano de la Malvarrosa. La Policía Nacional ha detenido a cinco personas, tres mujeres y dos hombres, por vender presuntamente sustancias estupefacientes en dos pisos de la misma finca.

Tras una ardua investigación, agentes de la Comisaría del Marítimo realizaron un registro por sorpresa en las dos viviendas y aprehendieron marihuana y dosis de droga preparadas para su distribución.

En el operativo participaron agentes del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional, una unidad especializada en el asalto de viviendas ocupadas por delincuentes. Fuentes jurídicas señalaron que los detenidos, con edades comprendidas entre los 23 y 41 años de edad, declararon el viernes por la mañana en el juzgado de instrucción número 15 de Valencia. Las cinco personas están acusadas de un delito contra la salud pública.

Las mismas fuentes afirmaron que la operación antidroga tuvo lugar el martes por la noche en las Casitas Rosa, concretamente en la calle Padre Pedro Velasco. Al advertir la presencia policial, los traficantes arrojaron parte de la droga por una ventana, según informó un vecino de la Malvarrosa.

En los registros de las dos viviendas, los agentes de la Policía Nacional intervinieron 4.000 euros en billetes, tres frascos que contenían 345 gramos de marihuana, una báscula de precisión y varios utensilios más utilizados presuntamente para preparar las dosis de droga.


Presión policial
Desde que el pasado mes de abril se desmanteló el hipermercado de la droga en la zona conocida como las Cañas, los puntos de distribución de sustancias estupefacientes están más diseminados por la ciudad de Valencia.

Los barrios de Velluters, la Malvarrosa y el Cabanyal son frecuentados por toxicómanos que buscan su dosis diaria. En las calles Viana, Padre Pedro Velasco, Progreso, el bulevar San Pedro y otras calles cercanas se trafica con drogas día y noche tanto en viviendas como en la vía pública.

Pero las actuaciones policiales no se han hecho esperar. Las redadas de la Policía Nacional han aumentado en las últimas semanas para controlar la invasión de drogadictos en estos barrios y detener a los traficantes.

Sin embargo, los operativos en las Casitas Rosa son complejos debido a las medidas de seguridad que adoptan los clanes de traficantes. Algunos de ellos colocan hasta dos rejas y una puerta blindada en los pasillos y escaleras de acceso a la habitación donde esconden la droga.

Esto les permite ganar tiempo para deshacerse de la droga cuando se produce un registro por sorpresa. En algunas operaciones, los agentes han encontrado incluso recipientes con líquidos corrosivos donde los traficantes acababan de destruir la sustancia estupefaciente.

Por ello, en estos operativos suelen ser los agentes del Grupo de Operaciones Especiales los primeros que irrumpen con suma rapidez en la casa del delincuente. Los policías tienen que derribar la puerta de la vivienda y las rejas, ya que los traficantes se niegan a abrirlas. Para estos malhechores, las orden judicial de registro es papel mojado.

Otra brillante operación de la Policía Nacional se ha saldado con la detención de 23 presuntos miembros de dos bandas que traficaban con cocaína, heroína y marihuana, según informó la agencia Efe. Los arrestos se llevaron a cabo en la provincia de Alicante en dos fases tras una ardua investigación que se prolongó durante seis meses.

La actuación policial ha permitido la desarticulación de dos grupos, uno formado por un clan familiar de españoles afincados en Elche -con ramificaciones y conexiones en Dolores, Villena y Torrevieja- y otro integrado por colombianos y españoles residentes en Elche y Santa Pola. Las investigaciones, iniciadas a principios del mes de junio por agentes de la Comisaría de Elche, posibilitaron la identificación de varios individuos que distribuían cocaína y heroína en los barrios de San Antón y Palmerales en Elche.

El presunto cabecilla, cuya identidad responde a las iniciales R. M. D., dirigía el grupo perfectamente estructurado con reparto de tareas. Unos se encargaban de la adquisición de la droga -normalmente a proveedores de nacionalidad colombiana-, otros del transporte y custodia de la misma en pisos de seguridad y un tercer grupo distribuía las sustancias estupefacientes a pequeños traficantes.

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