16.11.08 - Un joyero de Elche compraba alhajas robadas para fundirlas y diseñar otras

EFE| ALICANTE/ELCHE

Once personas, dos de ellas menores de edad, han sido arrestadas por robar en viviendas de Elche, traficar con drogas y otros delitos. Uno de los detenidos es el dueño de una joyería de la ciudad, al que se le acusa de adquirir joyas de oro robadas que luego fundía para diseñar nuevas alhajas.

En la operación policial también han sido intervenidos más de 18 kilogramos de hachís y dos kilos de marihuana. Estas detenciones se enmarcan en la operación Pelucas de la Policía Nacional, que abrió una investigación el pasado mes de agosto para esclarecer la autoría de varios robos en domicilios cuando sus moradores se encontraban durmiendo.

Otro de los arrestados es el dueño de una peluquería ilicitana, I. S. S., de 28 años, al que se le imputan los delitos de tráfico de drogas y de receptación de objetos sustraídos para su posterior reventa en el mercado ilícito. Esta persona, apresada el pasado martes, adquirió efectos robados por otros de los detenidos en la operación.

En registros domiciliarios, los agentes se incautaron de más de un kilogramos de hachís, dos kilogramos de marihuana, útiles de corte y manipulación de droga, y numerosos efectos procedentes de delitos contra el patrimonio.

Posteriormente, la Policía Nacional detuvo a B. L. C., de 24 años, como supuesto autor de varios robos en viviendas y por su presunta relación con el tráfico de sustancias estupefacientes, así como por un posible delito contra la seguridad vial.

Los agentes hallaron también una vivienda donde se ocultaba el mayor volumen de la droga, al tiempo que detuvieron a una tercera persona, J. A. R. M., de 26 años, y decomisaron una mochila que contenía 16 kilos de hachís. Al día siguiente fueron arrestadas otras cuatro personas, una de ellas de nacionalidad argelina, por un delito de receptación.

A su vez, el ciudadano argelino capturado es propietario de un locutorio, donde los agentes intervinieron efectos de dudosa procedencia y zapatillas de una conocida marca, al parecer falsificadas, por lo que se le imputa un delito contra la propiedad intelectual. En el transcurso de la inspección de ese local se apresó a un ciudadano marroquí que portaba un teléfono de gran valor sustraído.