viernes, 14 de noviembre de 2008

14.11.08 - Una conductora causa seis heridos al empotrarse contra una oficina de extranjería


Las víctimas del atropello aguardaban en una cola a que las dependencias policiales abrieran sus puertas

ALICANTE
Además de lidiar con el frío y con las incomodidades que acarrea pasar la noche a la intemperie, la decena de inmigrantes que la pasada madrugada hacía cola a las puertas de las oficinas de Inmigración en la calle Campo de Mirra , vivieron una jornada que nunca podrán olvidar.

Ninguno de los presentes se imaginaba, al llegar de madrugada a la cola que habitualmente se forma en los aledaños del centro gubernamental para poder coger número y así ser atendidos ya entrada la mañana, que esa noche se iba a rozar la tragedia.

Por razones que se desconocen y todavía se siguen investigando, pasadas las cinco de la madrugada, un vehículo que circulaba por Campo de Mirra bajando de la calle Teulada se precipitó contra la larga cola de personas que esperaban la apertura de las oficinas de Inmigración, arrollando a varios de los que allí se encontraban.

Debido al impacto, seis inmigrantes resultaron heridos con fracturas y traumatismos de diversa consideración. El vehículo cruzó la mediana y se empotró contra el muro. Hasta el lugar del impacto se desplazaron los equipos de emergencia sanitarios que debieron trasladar al Hospital General de Alicante y al de San Juan a varias de las personas arrolladas.

El estado de los heridos, entre los que se encontraba la conductora del vehículo siniestrado, que también necesitó de asistencia facultativa, ha sido calificado entre leve y grave funcional. Entre los inmigrantes afectados por el impacto se encontraban tres hombres de 30, 33 y 50 años y dos mujeres de 20 y 26. Todos los afectados por el vehículo siniestrado eran inmigrantes y estaban esperando que las oficinas de inmigración abrieran sus puertas.


Otro siniestro en Alicante
Un joven de 20 años de edad falleció el miércoles al chocar su coche contra un autobús de línea en la calle Barítono Paco Latorre, en el barrio de Juan XXIII de Alicante, según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) y de la Policía Local de Alicante.

El siniestro se produjo sobre las ocho de la tarde, cuando la víctima circulaba en un turismo por la calle Barítono Paco Latorre de Alicante, y giró por Turquesa en dirección a la zona de Colonia Requena, por donde iba un autobús en sentido contrario. En ese momento, y debido a que conducía a una "velocidad excesiva", según las primeras investigaciones, el joven de 20 años, natural de Xixona, invadió el carril contrario y chocó contra el autobús, explicaron las mismas fuentes municipales.

A causa del tremendo impacto, el joven resultó herido grave con un traumatismo craneoencefálico y traumatismos múltiples. Fue atendido por un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU), que lo trasladó al Hospital General de Alicante, donde falleció poco después por la gravedad de las lesiones.

En el accidente también resultaron heridos con menor gravedad otro joven de 18 años de edad y un hombre de 31 años. Fueron trasladados al mismo centro por una unidad de Soporte Vital Básico (SVB).

Trabajar en una inmobiliaria no puede considerarse un trabajo de riesgo, sin embargo Lola Calatayud estuvo a punto de perder la vida en este negocio en la plaza de España de Valencia. En mayo de 2006, un coche perdió el control y acabó empotrándose en el local. "Ya me veía muerta debajo del coche", recuerda.

Ocurrió sobre las ocho de la tarde. Lola estaba sola. Había cerrado el establecimiento y acababa de atender una llamada. Se había levantado para devolver un taco de papel a la mesa de una compañera. Ese simple movimiento fue lo que le salvó la vida. Al estar de pie, pudo reaccionar a tiempo antes de que el coche la arrollara.


"Al principio me quedé quieta"
"Al principio me quedé quieta, pero en menos de dos segundos los reflejos me empujaron. Hice un movimiento rápido, me aparté dos metros y me tapé los ojos. Sabía que me esperaba cualquier cosa", confesó. El turismo pasó a escasos centímetros de su cuerpo. Lo que le esperaba era la vida.

sucesos@lasprovincias.es

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