viernes, 31 de octubre de 2008

31.10.08 - Un bombero desarma a un joven que se descolgó por el balcón y amenazó con acuchillar a su vecina



"Había que ir a por él o la mataba"
J. A. MARRAHÍ| VALENCIA

La vida o la muerte es, en ocasiones, una cuestión de segundos. Un bombero de Valencia y varios policías nacionales salvaron ayer a una mujer de morir acuchillada en el balcón de su casa. Segundos antes, ella había hecho lo mismo por su agresor, un vecino del piso superior al que agarró de las piernas para que no se suicidara cuando estaba a punto de caer al vacío desde el balcón.

La rocambolesca historia comenzó sobre las diez de la mañana, en el número ocho de la plaza Pedagoga Raquel Paya. Al parecer fueron problemas sentimentales los que empujaron a un joven de 22 años, V. V. B., a amenazar con cortarse las venas y, posteriormente, a descolgarse por su balcón con una botella de bebida alcohólica y un cuchillo de 15 centímetros. Su pareja estaba en la casa, situada en el sexto piso. Al parecer, fue él el que avisó a la policía.

Cuando llegaron los bomberos y los agentes de la Policía Nacional la situación era muy tensa. En el balcón del sexto piso el vecino se tambaleaba por la parte exterior del balcón, con los pies ya en el aire. Estaba ebrio y gritaba. La tragedia parecía inminente. "Hubo un momento en que estaba agarrado sólo de una mano", relató sobrecogida una farmacéutica que vivió la emergencia desde la puerta de su local.

Justo debajo, en el balcón del quinto piso, una mujer de 75 años, A. L. Ll., contemplaba la escena horrorizada. "Hijo mío, no te mates", le gritaba con su mejor voluntad. Pero él vendía su vida al azar, con su cuerpo oscilando entre el vacío y los barrotes.

Lo primero que hizo la policía fue entrar en la casa del joven. Abrió la puerta su pareja. El problema era que no podían acercarse a él demasiado. Estaba muy nervioso y había que actuar con cautela. Miguel Ángel Padilla, un bombero de 34 años del Parque Central, estaba en ese momento en la puerta del sexto piso, ajeno al importante papel que estaba a punto de desempeñar.


"Ella fue su ángel de la guarda"
"De repente, nos comunican por la emisora que el tío se ha descolgado por el balcón y está intentando matar a la vecina de abajo con el cuchillo", explicó Padilla. Según los testigos, "la mujer fue, en ese momento, su ángel de la guarda, porque si ella no lo coge por los pies, se mata seguro. Pero la reacción del joven fue brutal. La agarró y le colocó en el cuello el cuchillo que portaba. Ahora era ella la que estaba al borde de la muerte. Los policías que estaban en el sexto piso alcanzaron el balcón y uno de ellos empuñó su pistola.

Según Padilla, "todo pasó muy rápido". El bombero y un grupo de policías bajaron por la escalera hasta el quinto piso. "Había que ir a por él antes de que la matase", resumió. La prioridad era echar la puerta abajo, ya que la mujer estaba sola y retenida por el joven.

Para ello el bombero valenciano se valió de un soporte decorativo que había en el rellano y lo empleó como ariete. "Antes de tumbar la puerta, expliqué a los policías que me consideraba capaz de reducir al joven por mis conocimientos en artes marciales", recalcó Padilla, que es profesor en esta modalidad de combate cuerpo a cuerpo. La puerta cayó con estrépito. Los agentes sacaron sus armas reglamentarias y todos juntos corrieron hasta la ventana.

Al llegar allí, un nuevo problema. "El chico estaba en el balcón. Tenía a la mujer agarrada y le había colocado el cuchillo en el cuello. Con su pierna derecha bloqueaba con fuerza la puerta corrediza de la terraza para impedir nuestra entrada. Ella tenía algunos rasguños", describió el bombero. Padilla abrió la puerta venciendo la resistencia del joven.

En ese momento, el alocado vecino lanzó una cuchillada de revés directa al bombero, pero erró. "Aproveché ese momento para bloquearle el brazo y quitarle el cuchillo. Desarmar es siempre lo primero en estos casos", destacó.


"¡Ay, que me ha matado!"
Tras ello todos los policías redujeron al agresor y le colocaron las esposas. Mientras, Padilla se quedó al lado de la vecina, tratando de tranquilizarla. "Ay, que me ha matado", decía desesperada, presa de un fuerte estado de nervios, mientras sangraba por sus heridas.

El personal sanitario entró rápidamente en la casa para auxiliar a la víctima. La mujer fue evacuada al Hospital Doctor Peset con rasguños y una crisis de ansiedad. Por la tarde regresó a su casa. "Queremos que descanse, que olvide esto y que se recupere", indicó su hija.

Padilla se mostró muy satisfecho por la eficacia con la que se resolvió la situación, si bien la calificó de "muy complicada". Subrayó con insistencia que se trató de "una labor conjunta con los agentes de la Policía Nacional".

El bombero lleva seis años en el servicio municipal y ha estado destinado también en el Parque Marítimo. Confesó que la de ayer no es la emergencia más grave a la que se ha enfrentado. "He vivido situaciones peores con fuego o fugas de gas", recordó, "pero en esta ocasión he podido aplicar los conocimientos de artes marciales a mi profesión".

Una vecina del edificio explicó que el joven que retuvo a la mujer "no había dado jamás ningún problema ni había protagonizado un altercado semejante". "Debe haber sido por el alcohol o las drogas", barajó sorprendida tras una mañana de infarto en la finca.

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