martes, 28 de octubre de 2008

28.10.08 - La víctima de un abuso sexual se cita con su agresor en Castellón y facilita su detención

La joven explica ante el magistrado que así le convenció para que dejara de agredirla
L. ORTEGA| CASTELLÓN

Una joven de Castellón que fue abordada por un desconocido a primera hora de la mañana y agredida sexualmente en un garaje de la calle Moncada tuvo la sangre fría de convencer a su agresor para quedar por la noche y librarse así de una violación casi segura.

En un principio, su intención era simplemente huir de su agresor, pero esta cita fue determinante para que la policía pudiera capturar al presunto autor.

La víctima de estos hechos declaró ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón, donde, un año después de los hechos, se juzga a W. E. C. M., de 25 años, como supuesto autor de un delito continuado de agresión sexual. El fiscal pide para él 15 años de prisión y 20.000 euros de indemnización por secuelas morales, según consta en su escrito provisional.

El acusado se negó ayer a declarar, pero la joven explicó detalle por detalle cómo ocurrió todo. "Yo iba a trabajar sobre las 6.30 de la mañana. Salí de casa y, cuando iba a por mi coche, noté un objeto punzante en mi riñón izquierdo. Antes de que pudiera darme cuenta se puso delante de mí y me dijo que me había visto más veces, que sabía donde vivía, que estaba enamorado de mí y que quería tener relaciones conmigo", dijo ante el magistrado y separada del acusado por un biombo.

La joven intentó razonar con él en reiteradas ocasiones, pero al ver que no quitaba la navaja y por miedo a represalias, ya que sabía donde vivía, decidió "bajar la cabeza y acompañarle". Según narró, el acusado la llevó hasta la entrada de un garaje y allí le bajó los pantalones.

"Tenía los ojos muy rojos y apestaba a alcohol", explicó. En una declaración anterior ante el juzgado de Instrucción, W. E. C. M. manifestó que había bebido whisky y fumado marihuana además de otras sustancias. No obstante, el acusado no pudo perpetrar la violación y, por ello, le pidió a su víctima que le practicara una felación. Como el procesado no cesaba en su actitud, la víctima intentó convencerle para quedar por la noche "y poder terminar". "Se me ocurrió la manera de quedar con él por la noche, el dudó pero le convencí después de mucho rato", dijo. La cita se organizó para las 22.00 horas de ese día en la estación de autobuses de Castellón.

Después de deshacerse de su agresor, la joven acudió al trabajo, donde contó todo lo ocurrido a su jefa. Aconsejada por ella y por su hermana, acudió a la policía y denunció los hechos. La cita, que en un principio era una excusa para huir de su agresor, iba a convertirse en la mejor baza para arrestarle.

A esa hora, ella se sentó en el lugar pactado. La estación estaba llena de agentes de paisano. Un gesto, ponerse el bolso sobre su regazo, era la clave para apuntarle y avisar a la policía de que había llegado el hombre que la abordó por la mañana. Quince minutos más tarde de la hora pactada apareció en el lugar, se sentó y le pidió perdón por lo ocurrido por la mañana. Los agentes se lanzaron a detenerle.

Según explicó la joven, a consecuencia de estos hechos está en tratamiento psicológico y no sale de casa a partir de las nueve de la noche. "Tuve pesadillas y alucinaciones, como que venían demonios y me fornicaban: llevo un año de amargura", concluyó.

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