domingo, 26 de octubre de 2008

26.10.08 - La niña maltratada dijo que su padre le metía los dedos en los ojos y le pegaba con un palo


Bienestar Social investiga si la menor tiene familiares en España para estudiar una posible entrega
J. MARTÍNEZ/J. A. M.| VALENCIA

Amina muestra fotos con las lesiones de la menor mientras oculta su rostro por miedo a represalias. Un testimonio escalofriante y mucho más en boca de una menor. La pequeña Lorena -nombre ficticio para preservar su intimidad- dijo a la policía que su padre le arrancaba trozos de pelo, le metía los dedos en los ojos y hasta le azotaba con una vara de madera. Así era el infierno que, según la investigación policial, sufría la menor rumana de 5 años presuntamente maltratada y encerrada por sus progenitores en una habitación de Valencia.

Como adelantó ayer LAS PROVINCIAS, el calvario de la pequeña acabó a las dos de la tarde del martes, cuando la Policía Nacional entró en la casa, se hizo cargo de ella y se llevó detenidos a sus padres. Desde ese día la niña está en un centro de menores de Valencia, bajo la tutela de la Generalitat Valenciana. Los trabajadores de Bienestar Social están ahora investigando la posibilidad de entregarla a otros familiares diferentes a los padres, que fueron encarcelados tras declarar ante el juez, como indicaron fuentes de esta conselleria.

Pese a las graves acusaciones que la menor lanzó sobre sus padres delante de la policía, estos siguen manteniendo que trataban a su hija lo mejor que podían dentro de sus escasas posibilidades económicas. El abogado del hombre, Carlos Serrano, considera "inadecuado" que el juez haya decidido encarcelar a su defendido, al entender que no valoró "ningún informe psicológico ni interrogó a la niña".

En opinión del letrado, existen "muchas circunstancias que no están claras". Considera que algunas de las acusaciones que la menor ha vertido contra su padre no se corresponden con los partes de lesiones, como por ejemplo la afirmación de que le metía los dedos dentro de los ojos.


Un resbalón "accidental"
Respecto a una de las lesiones, consistente en unas marcas en el cuello, el padre de la niña dijo que se produjeron de manera "accidental". Siempre según su versión, la pequeña resbaló en el baño y entonces la cogieron del cuello para que no se golpeara.

Otro de los temores de Lorena era que su padre le arrancara trozos de pelo. Sin embargo, el hombre negó en todo momento haberle causado esta y otras lesiones. El ciudadano rumano, Dani O. A., aseguró que no daba palizas a su hija y que la llevaba al médico y la cuidaba dentro de sus posibilidades.

El hecho de que permaneciera la mayor parte del tiempo encerrada en su cuarto se debía, según su versión, a que la pareja pasaba muchas horas fuera de casa. La madre ejercía la prostitución y Dani dijo que se dedicaba a la construcción. La solución por la que optaban era echar el pestillo de la habitación que tenían alquilada y dejar a Lorena encerrada. Dani reconoció que no la sacaba demasiado a la calle, pero lo achacó a la precaria situación económica que atravesaban.

Sin embargo, para alivio de la menor, la puerta se abría a veces y entraba Amina, una mujer marroquí que vivía en la misma casa. La niña depositó en ella toda su confianza. Era su única amiga en las cuatro paredes azules que conformaban su celda infantil. A ella le mostró sus heridas y hasta la vara de madera con la que presuntamente le pegaba su padre.


El temor de Amina
Amina, indignada por la situación de la niña rumana, puso los hechos en conocimiento de la policía, hizo fotos de las lesiones de Lorena y ayudó así a que el caso acabara en manos de la justicia. La inmigrante magrebí está satisfecha por lo que ha logrado, pero ahora le invade otro sentimiento: el miedo a posibles represalias por parte del padre de la niña.

El hecho de que la pareja rumana haya sido encarcelada por orden judicial no ha servido para que cesen sus temores. Ni siquiera haber sido declarada testigo protegido. La mujer ha optado por una determinación drástica: marcharse de la casa en la que vivía alquilada.

"Cuando le decía que iba a comunicar a la policía lo que le hacía a la niña me amenazó con cortarme el cuello", relató Amina. Pero no sólo eso. Según su versión, Dani le aseguró que, en el caso de que acabara en la cárcel, le "mandaría a un familiar" para que fuera a por ella. Ahora que el hombre está entre rejas y la niña alejada de él, teme que la furia del progenitor sea aún más fuerte.

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