
MADRID. Parecía que estaba escrito. El polémico abogado José Emilio Rodríguez Menéndez, en prisión desde mayo de 2006, se ha fugado aprovechando un permiso penitenciario. De su paradero, nada cierto se sabe de momento. Todo son sospechas, y tan factible es que haya puesto kilómetros de por medio y haya volado a Suramérica con documentación falsa como que se encuentre escondido en algún lugar de la península.
Sobre lo que no hay duda es que Rodríguez Menéndez obtuvo un permiso penitenciario de cuatro días -con la oposición de la junta de tratamiento de la prisión coruñesa de Teixero, donde estaba preso,- y que cumplido ese tiempo no regresó al centro. Eso activó inmediatamente todas las alarmas y, como marca el protocolo, la dirección de la cárcel puso sobre aviso al juez de vigilancia, al juez de guardia, a la Policía y a la Guardia Civil. El abogado se encuentra ahora en busca y captura con una nueva acusación a sus espaldas, esta vez por un delito de quebrantamiento de condena.
Los hechos se remontan al pasado mes de mayo. Según una nota difundida por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, Rodríguez Menéndez pidió un permiso, que le fue denegado por la junta de tratamiento, precisamente, por «riesgo de quebrantamiento de condena». Recurrida la decisión ante el juez de vigilancia penitenciaria, el 5 de agosto éste autorizó el permiso -entre los días 18 y 22- porque el interno ya había cumplido la cuarta parte de su condena.
Antecedentes como fugitivo
Al denegar el permiso, los miembros de la junta de tratamiento tuvieron seguramente en cuenta las circunstancias que rodearon el ingreso en prisión del polémico abogado para que cumpliera las dos condenas firmes que tiene pendientes: una de dos años por la difusión de un vídeo de contenido sexual relacionado con el director de «El mundo», y otra de seis por un delito continuado contra el fisco. Rodríguez Menéndez no ingresó voluntariamente, sino que se fugó y tuvo que ser detenido.
La Audiencia Provincial de Madrid ordenó el ingreso en prisión del hoy fugitivo el 26 de mayo de 2005. Ante la incomparecencia de Rodríguez Menéndez, el Tribunal ordenó su busca y captura el 3 de junio. El 26 de julio fue localizado en Argentina. El abogado cenaba tranquilamente junto a su última esposa, Vanessa, en un restaurante de Buenos Aires. Pero su detención apenas duró veinticuatro horas y la solicitud de extradición de las autoridades españolas no se cursó hasta tres días después. De nuevo en libertad, aprovechó la circunstancia para desaparecer.
Rodríguez Menéndez no sería localizado de nuevo hasta mayo de 2006. Entonces fue detenido en la localidad salmantina de Fuentes de Oñoro, donde se trasladó tras haber protagonizado otro rocambolesco episodio en el aeropuerto de Lisboa. Cuando la Policía portuguesa le pidió la documentación, que era falsa, el abogado pidió permiso para ir al baño y se esfumó. Plantados en la aduana dejó a su mujer y un maletín con 45.000 euros.
Ahora, con su permiso bajo el brazo, la historia se repite.

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