miércoles, 27 de agosto de 2008

27-08-08 - ¿Abogado de profesión o delincuente profesional?

¿Abogado de profesión o delincuente profesional?
POR N.C.
MADRID. Ambas condiciones, una más que otra, se entremezclan en el perfil de Emilio Rodríguez Menéndez. Casi más conocido por los episodios rocambolescos que ha protagonizado que por sus éxitos en el ejercicio de su profesión, no es, desde luego, un abogado al uso.
Con una marcada personalidad y una clara tendencia al exhibicionismo -su abrigo de piel de nutria hasta los pies es todo un clásico en su indumentaria invernal-, desde sus inicios ha aceptado defensas tan sonoras como la de «la dulce Neus», condenada a 28 años como inductora del asesinato de su marido; la de los dos policías condenados por la desaparición de «el Nani»; la de Ricardo Guerra, condenado por la muerte del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta; o la de «el Dioni», el guardia de seguridad que se fugó con los dos millones de euros del furgón blindado que conducía. Este último también fue condenado.
Protagonista de las pesadillas de varios colegios de abogados, fue sancionado y suspendido por diversas faltas graves y muy graves por el de Vizcaya, aunque en una polémica decisión el Tribunal Supremo le rehabilitó.
Sonoros fueron también sus matrimonios -cuatro que se sepa- y sus incursiones en el mundo de la comunicación. El hermano de su segunda esposa le apuñaló por una deuda de 800.000 pesetas que habría contraído de su etapa en el club de alterne propiedad del abogado; su tercera mujer, Laura, intentó asesinarle once meses después de contraer matrimonio. La historia se convirtió en carne fresca para la prensa del corazón.
Como editor de prensa se metió en otro monumental lío, que terminó en condena, al difundir un vídeo de contenido sexual relacionado con el periodista Pedro J. Ramírez. Cerrado el «Ya», que había comprado junto a otros socios, en 2000 presentó la revista «Dígame», secuestrada por violar el derecho a la intimidad. Entre medias, el fraude a la Hacienda Pública entre 1990 y 1994.
¿Abogado de profesión o delincuente profesional?

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