




Sucesos
40 minutos de angustia en la joyería
Las cámaras de un local de Alicante graban el asalto de cuatro atracadores
Uno de los delincuentes pasa ante la cámara de la joyería mientras dos de sus cómplices fingen ante una empleada estar interesados en unas alianzas.
Las imágenes de las dos cámaras de seguridad de la joyería Román de Alicante hablan por sí solas. Los empleados de la tienda, ubicada en la céntrica calle Castaños, soportaron el viernes 40 minutos de angustia al sufrir un violento atraco por parte de cuatro individuos que lograron huir con un botín millonario.
Poco después de abrir la joyería, a las 10.30 horas, entró en el establecimiento una pareja. Venían a por unas alianzas encargadas días atrás. En la grabación puede observarse cómo, mientras están siendo atendidos por una empleada, entra un tercer atracador. Momentos después lo hace un cuarto.
En pocos minutos, los cuatro ladrones (de origen sudamericano, según fuentes policiales) exhiben su verdadera intención. Uno de ellos saca una pistola y con ella amenaza y agrede al hijo del dueño. El joven tuvo que ser atendido luego por los facultativos de una ambulancia.
Las imágenes muestran como, mientras tanto, otro de los atracadores ata y amordaza a la empleada que les estaba atendiendo. Junto con el hijo del dueño y el resto de los trabajadores, los ladrones encierran a todos en el sótano del establecimiento. Allí vacían la caja fuerte.
Las cámaras registran entre tanto en el piso de arriba a uno de los cuatro atracadores comprobando a través del escaparate que nadie se ha percatado del asalto, al tiempo que sus cómplices desvalijan la joyería.
En el video se observa como una mujer deja su bolso sobre el mostrador y vacía los cajones y estantes, almacenando las alhajas en dos bolsas de viaje de color azul. En pocos minutos, los atracadores se hacen con un botín millonario que algunas fuentes policiales han situado en más de 400.000 euros.
Poco después, los cuatro atracadores, con sus bolsas repletas de joyas, abandonan la tienda sin que nadie se percate de lo que ocurre. A los 40 minutos de que entrara la primera pareja buscando sus alianzas, el hijo del dueño de la joyería abandona el sótano. Herido y sangrando por el golpe recibido en la cabeza, alerta a los comerciantes de la zona y alerta a la Policía Local. Eran las 11.10 de la mañana.
La policía estableció diversos controles con el objetivo de localizar a los ladrones, pero no tuvieron éxito. Uno de ellos vestía cazadora blanca de verano, vaqueros y zapatos oscuros; otro de ellos lucía jersey claro con una franja horizontal azul y pantalón oscuro; la mujer, con pelo canoso y recogido en una coleta, vestía pantalón azul y camisa clara; el cuarto atracador llevaba una camisa clara, vaqueros y zapatillas deportivas.
Tras el robo, el sector vuelve a denunciar la inseguridad que sufren. "Llevo muchos años en el negocio luchando día tras día por no trabajar con más intranquilidad", señaló Antonio Sáez, portavoz de la Asociación Provincial de Joyeros.
El representante reconoce que padecen "miedo e incertidumbre ante los atracos perpetrados por individuos violentos a los que no les importa nada, porque si los coge la policía, pronto vuelven a estar en la calle, con el temor de que puedan volver".
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