Cuando te secuestran un barco y lo único que haces en pagar a los piratas, no hay que ser muy inteligente para comprender que estas invitando a que se produzcan nuevos ataques, por mucho que quieras camuflar tu debilidad con apelaciones a organismos internacionales.
Para el consumo interno de la España de Zapatero, valdrán los besos y los abrazos de las familias que recuperan a los secuestrados, porque la mayoría de la población quizás no sea capaz de más recorrido intelectual, moral o jurídico y se conforme con el buen rollito pacifista, multicultural y “giliprogre” que nos meten por los ojos, sin plantearse las consecuencias de la irresponsable, ilegal y poco inteligente dejación –otros lo llamarían cobardía- del gobierno Zapatero. Pero otros toman buena nota de las debilidades de Occidente.
La red terrorista Al Qaeda ha amenazado con atacar cualquier objetivo marítimo europeo en las costas de Somalia. Los terroristas han hecho dicho llamamiento a través de la página web ‘The Islamic Faluja’, la misma que utilizaron para reivindicar los atentados del 11-M y citan como ejemplo el caso del pesquero español ‘Playa de Bakio’.
Al Qaeda reconoce que la estrategia de “la lucha contra objetivos marítimos europeos” es el paso fundamental para reestablecer lo que ellos denominan “califato islámico” comenzando por la península arábiga. En el Indico, existen numerosas zonas que escapan al control de Occidente y desde donde los terroristas islámicos pueden lanzar sus ataques, desde Somalia, Eritrea, pasando por Yemen e incluso el mismo Irak, se puede amenazar el tráfico marítimo internacional.
La impunidad con que han actuado los piratas somalíes, sin duda supone un fuerte acicate para animar a la repetición de este tipo de actos. De confirmarse la entrega del rescate en dinero en efectivo a los piratas, sin que el gobierno socialista haya adoptado previsión alguna para la instalación de dispositivos camuflados de seguimiento que permitiese localizar a los criminales para ser atacados y apresados, nos encontraríamos ante una gravísima negligencia, que no se puede disculpar con la entupida teoría de que España no puede intervenir en territorio de Somalia sin autorización de la ONU.
La doctrina de Zapatero ha sido sustituir la acción directa, que sí utilizó Francia, por las apelaciones a organismos internacionales. Eliminando la respuesta inmediata queda descartada toda eficacia, ya que la cansina, compleja y lenta puesta en marcha de los mecanismos internacionales, impide lanzar el mensaje de que Occidente responderá con contundencia y no dejará sin castigo este tipo de acciones. Y naturalmente eso envalentona a cualquier grupo se sacamantecas.
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