viernes, 4 de junio de 2010

La Justicia procesa a 10 acusados de matar y quemar en cal viva a un arousano


El magistrado de la Audiencia Nacional Eloy Velasco sitúa al novio de una hija de José Luis Charlín al frente de la red de narcos y le acusa de ordenar la ejecución desde la cárcel
U. FOCES | VIGO Fernando Caldas, desaparecido en 2004 en Bertamiráns, fue secuestrado, asesinado y quemado en cal viva por una organización de jóvenes narcotraficantes arousanos a la que supuestamente pertenecía, si bien su cuerpo nunca se encontró. Esto es lo que cree el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que dictó auto de procesamiento contra los hermanos Miguel Ángel y Marco Antonio Fernández Rodríguez, Jorge Durán Piñeiro, Juan Marcos Vigo Fernández, Juan Berbel Briones, Roberto González Cuevas, Manuel Pazo Taboada y Rosa Charlín -hija del narcotraficante José Luis Charlín-, a quienes imputa el asesinato, con la agravante de alevosía, de Fernando Caldas.

Velasco también procesa por un delito de tráfico de drogas a Fernández Rodríguez, Durán y Eloy Val Carballo, así como a María Adela Vilas y Juan Rodríguez González por uno de encubrimiento.

Según el juez, la organización estaba dirigida por el arousano Jorge Durán Piñeiro, posición que mantuvo tras su ingreso en prisión por un delito de tráfico de drogas, desde donde transmitía sus órdenes a Vigo Fernández, quien le pagaba los beneficios de las operaciones.

Durán, pareja sentimental de Rosa Charlín, dueña de la tienda de telefonía donde trabajaba Caldas, ordenó por carta a Miguel Ángel Fernández que le "hiciera desaparecer" porque no cumplía sus órdenes y por comportarse "de manera demasiado ostentosa", lo cual podía levantar sospechas sobre sus actividades. "Tenemos la gallina de oro y la va a joder. Tal y como va Cal, no llegáis a Navidad", escribía.

Los días 14 y 15 de julio de 2004, prosigue el magistrado, Caldas, Miguel Ángel Fernández y Val se trasladaron a Alicante en un vehículo del primero, "especialmente acondicionado" para el transporte de drogas, "con dos habitáculos ocultos dotados de un sofisticado sistema de apertura con mando a distancia" y con las cerraduras manipuladas para permitir el acceso y que cualquier persona pueda recoger la droga pero no arrancarlo.

Allí, entregaron un paquete con 10 kilos de cocaína a dos personas identificadas como Aba y G, de las que recibieron 300.000 euros, tras lo cual regresaron a Bertamiráns, en Ames, limítrofe con Santiago.

El hostelero Miguel Ángel Fernández, cumpliendo las órdenes de Durán y Vigo, y ayudado por su hermano Marco Antonio, Berbel, González y Pazo, secuestraron a Caldas el 16 de julio, cuando el fallecido acudió "confiado" al "piso franco" de Bertamiráns a recoger el dinero procedente de la venta de la droga. Tras capturarle le introdujeron en el maletero del vehículo.

Desde allí, añade el juez, Caldas pudo enviar a Marcos Vigo dos mensajes desde su móvil -que sus captores no habían descubierto- advirtiéndole de su secuestro, bien porque "consideraba erróneamente" que éste no había participado o bien porque "sabía que tenía cierta ascendencia" sobre el resto.

Marcos Vigo, según el auto, advirtió a sus compañeros, que arrebataron el móvil a la víctima, le trasladaron a un lugar indeterminado e hicieron desaparecer su cadáver quemándolo con cal viva.

No hay comentarios: