Publicado en MINUTO DIGITAL
Junto con las de Marbella y Málaga, la Mezquita de Fuengirola fue financiada con dinero procedente de Arabia Saudí, y por lo tanto pertenece a la corriente wahabí, dominante en Arabia Saudí y de tendencias radicales.
Según informa España y Libertad en su página web, la Mezquita de Fuengirola saltó ta la fama en 2000, cuando su imam, Kamal Mustafa, publicó el libro ‘La mujer en el Islam’ y fue denunciado por un centenar de asociaciones de mujeres. El imam de Fuengirola fue condenado a un año y tres meses de cárcel por incitar a pegar a las mujeres en el libro. Kamal aconsejaba cómo agredir físicamente a las mujeres sin dejar rastro.
Arabia Saudi
España se ha convertido en una base de operaciones -un tablero de ajedrez- donde se dirime qué corriente islamista será mayoritaria. Ahí juega un destacado papel Arabia Saudí, dictadura islámica que cuenta, sorprendentemente, con importantes vínculos con la Casa Real española. Su contrincante en territorio español es Marruecos. Mientras tanto, el gobierno de Zapatero sólo observa los movimientos sin hacer absolutamente nada.
El plan saudí consiste en controlar el movimiento asociativo musulmán y extender el fundamentalismo wahabí que Arabia Saudí quiere implantar y extender entre la comunidad musulmana de España el integrismo islámico wahabí, una de las ramas fundamentalistas del islam, practicada por la mayoría de los musulmanes de aquel país, donde está impuesta como religión oficial desde la creación de ese Estado en 1932.
El primer paso es la fundación de un Consejo Superior de Imanes que se encargaría de atraer y formar en el proselitismo integrista a los actuales imanes moderados, mediante comisarios religiosos wahabíes y abundante financiación. Este consejo forma parte de la estrategia saudí para controlar el movimiento.
España, teatro de operaciones
El Gobierno español posee información de estos planes sauditas desde hace, al menos, ocho años, cuando se detectaron los primeros movimientos para la constitución e inscripción en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia de una asociación de imanes.
Mezquitas, escuelas…
Entre sus fines también se encuentra la promoción y la creación de nuevas mezquitas, escuelas y bibliotecas, así como la mejora de la situación particular y material de los imanes.
En Ceuta, la figura de Laarbi Maateis es relevante en todo este entramado que se viene fabricando a lo largo de la última década.
La intención final está en el control doctrinal del movimiento asociativo y para ello los saudíes tienen previsto cursos científicos de religión musulmana en diferentes centros islámicos, impartidos por una delegación de quince sabios que permanecerían en España de seis a doce meses con este objetivo, aunque algunos de ellos serían contratados por alguno de estos centros y su misión sería la de continuar ejerciendo como comisarios religiosos wahabíes.
Ese camino se viene emprendiendo en los últimos años. La persona designada para dirigir los mismos es, según informes que posee el Gobierno sobre la estrategia saudí en España, Mohamed Kamal Mostafa, director e imán de la mezquita de de Fuengirola, el de la encendida polémica en el verano de 2000 por justificar el maltrato a las mujeres en un libro. Kamal Mustafa está considerado por la Policía española testaferro de los saudíes en la zona.
Los informes en poder del Gobierno sobre las actuaciones saudíes en España destacan el “incremento notable de sus actividades” y en ellos se afirman que éstas van dirigidas a alcanzar uno de sus mayores objetivos: “La implantación entre los musulmanes que viven en España del islam wahabí como forma de vida”.
“Estas acciones forman parte de una verdadera ofensiva, a escala mundial, que, en Europa, se concreta en el triple objetivo de conseguir la reislamización de los musulmanes de los antiguos países del Este, la implantación del wahabismo entre los inmigrantes musulmanes de la Unión Europea y la conversión al Islam de los cristianos”, se citaba en el informe de la Inteligencia española, publicado por un rotativo nacional.
El imán de Fuengirola se postulaba como “cabeza visible”, según los informes del gobierno español.
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