Dos familias se enzarzan a golpes a la salida de un juicio en Bilbao

Uno de los nueve implicados llegó a agredir a otro en la cabeza con una pala de pelota vasca
JOSÉ DOMÍNGUEZ | BILBO

El juicio entre un hombre y una mujer que se celebró ayer en los juzgados de Bilbao acabó como el rosario de la aurora. Tras la finalización de la vista oral, nueve miembros de las familias de los litigantes se enzarzaron en una violenta pelea que exigió la intervención de más de una decena de agentes de la Ertzaintza. Uno de los implicados llegó a golpear en la cara a otro con una pala de pelota vasca. De madera maciza. El incidente se saldó con siete de ellos imputados y los otros dos detenidos por cometer un presunto delito de agresiones. «Todo ocurrió en un instante». El encargado de la ferretería que hay frente a los juzgados, en la calle Buenos Aires, apenas tuvo tiempo de reaccionar. Faltaban unos minutos para el mediodía cuando delante de la puerta se montó «una batalla campal en toda regla».
Dos heridos leves
Según desvelaron miembros de la Policía autonómica, «varios integrantes de una familia habían entrado a un bar y los de la otra les debieron identificar al pasar con su coche». Entonces aparcaron el vehículo en las inmediaciones y estalló la trifulca. «Eran seis por un bando y tres por el otro», subrayaron las mismas fuentes. No tardaron en pasar de las palabras a los golpes, hasta el punto de que fue necesaria la intervención de varias dotaciones de la Policía autónoma para poner paz entre los contendientes. Sanitarios de la DYA atendieron a dos personas, «aunque las lesiones parecían leves porque se fueron por su propio pie a un centro sanitario».
El juicio se había celebrado poco antes en la sala de vistas número 7. «Un policía sacó a un hombre escoltado», reveló un testigo. Detrás iba una mujer cuya hija no paraba de repetir que «ese sinvergüenza se va a ir de rositas. Tenías que haberle denunciado para que, al menos, le impusiesen una orden de alejamiento». La aludida, según las mismas fuentes, respondió que, «con que no se me vuelva a acercar, me vale».