sábado, 22 de mayo de 2010

LA INMIGRACION MARROQUI O EL FLUJO INEVITABLE


ED
La inmigración marroquí es, de todos los contingentes migratorios
residentes en España, el más antiguo y el más numeroso (eso sí, a
corta distancia del contingente ecuatoriano), pero también el más
conflictivo.
A esa conflictividad contribuyen cuatro factores: el hecho de que el
país de origen mantenga contenciosos territoriales con España, el
hecho de que los contingentes marroquíes sean de religión islámica y,
en buena medida, fundamentalistas islámicos, el hecho de que se trata
de un contingente que ha demostrado en toda Europa un grado de
integración extremadamente bajo y, finalmente, el hecho de que se
trate de una inmigración con baja capacitación laboral.
No está de más recordar que en las cárceles españoles se encuentra
un número extremadamente abultado de delincuentes de origen
marroquí, desproporcionado en relación a otras comunidades nacionales.
Podemos decir que, si bien la inmensa mayoría de los inmigrantes
marroquies vienen a España para trabajar, no es menos cierto que una
parte desproporcionada de delincuentes son marroquíes.
Además, aquí se une un nuevo problema: la Constitución de Marruecos
no admite que un ciudadano que haya nacido marroquí deje de
serlo, ni siquiera por voluntad propia. Así pues, cuando se produce la
posibilidad de que un marroquí reciba la nacionalidad española...
nunca renunciará a la marroquí y siempre seguirá siendo un leal
súbdito del Rey de Marruecos, Mohamed VI.
Esto es mucho más grave toda vez que, como hemos dicho, Marruecos
es el único país que mantiene un contencioso territorial contra
España. ¿Qué puede ocurrir en caso de conflicto con el casi un millón
de marroquíes residentes en España? ¿No es lógico pensar que
actuarían a modo de una «Quinta Columna»?
Por eso, es todavía más incomprensible la política de la administración
ZP en relación a Marruecos y, en particular, el ominoso papel que ha
desempeñado la diplomacia española en la VIII Reunión de Alto Nivel
Hispano-Marroquí, en la que todos los puntos de tensión han sido
eludidos sin excepción y solamente se han abordado las formas de
ayudar económicamente a Marruecos, esto es, de evitar que cree más
focos de tensión.
La política de ZP, en este sentido, es torpe, extremadamente timorata y
ciega y se basa en tender la mano al enemigo geopolítico para demostrarle
que no se pretende causarle ningún perjuicio... El problema es
que Mohamed VI ve las cosas de otra forma: exportar masivamente
haschis a España, abrir y cerrar la espita de la inmigración según se le
envíen más o menos «fondos de ayuda», amenazar con estimular las
reivindicaciones territoriales si no se satisfacen otros «caprichos» en
forma de créditos y ayudas económicas.
Ni siquiera en el tema de los menores marroquíes se ha podido llegar a
un acuerdo contundente. Así pues ¿de qué estamos hablando? Estamos
hablando de conflicto, de inmigración masiva y de tensión....

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