lunes, 24 de mayo de 2010

El robo como obra maestra


En el ranking de delitos, el saqueo de arte ocupa el tercer lugar tras el tráfico de drogas y de personas

Màrius Carol | 24/05/2010
El alcalde de París se subía por las paredes (cosa ardua porque superan los cuatro metros) de su despacho del Hôtel de Ville cuando se enteró del golpe perpetrado por los ladrones en la madrugada del jueves en las salas del Museo de Arte Moderno. Los cuadros robados son obra de Pablo Picasso, Henry Matisse, Georges Braque, Fernand Léger y Amedeo Modigliani. Obras espléndidas, únicas, que podrían alcanzar más de cien millones de euros en el mercado. El alcalde Bertrand Delanoë ha denunciado que el sistema de seguridad no funcionaba y que los tres vigilantes no estuvieron demasiado atentos. Los ladrones no eran gente especialmente sofisticada en su proceder: rompieron el cristal de una ventana por la que entraron, quitaron las telas de los marcos y se marcharon por donde habían venido.
A lo largo de las últimas décadas los saqueos de arte en centros públicos y en residencias privadas se suceden, hasta el punto que estas sustracciones alcanzan en ocasiones carácter de obra maestra. Uno de los más espectaculares y estudiados fue el robo de dos docenas de pinturas de Van Gogh, de valor incalculable, del Museo Van Gogh de Amsterdam. Según el FBI, los delitos contra el patrimonio cultural en el mundo mueven 8.000 millones de dólares anuales, lo que sitúa el saqueo de arte en el tercer lugar del ranking de delitos, tras el tráfico de drogas y el de personas.

Por lo general, cada vez que se produce un asalto a una galería o museo se multiplican las medidas de seguridad y se sofistican los dispositivos de alarma. Pero hay casos que cuestionan su efectividad o al menos sugieren que los ladrones van por delante de la tecnología. Así la Galería Bollard de Zurich fue asaltada en 1987 y 1988, pero dos años después desaparecieron de nuevo tres cuadros de Picasso. En 1994, los ladrones regresaron, aunque esta vez accedieron a la sala a través de un sótano excavado desde el edificio contiguo, y se llevaron otras siete obras de Picasso y un Jules Pascin, que fueron recuperados. En el 2001, la galería pasó a manos de su hija, quien reformó todo el edificio y encargó una cámara acorazada, convirtiendo la galería en un búnker.

Es curioso saber que Picasso es el artista que más atrae a los ladrones, aunque también es cierto que fue uno de los más prolíficos de la historia del arte. Pero 600 obras con su firma están por recuperar. Las más valiosa es Cabeza de mujer (Dora Maar), robada de un yate de Antibes, que está valorada en casi cinco millones de euros. Otras obras maestras de valor incalculable siguen sin aparecer, como La Virgen de la rueca, de Leonardo Da Vinci, sustraída de un castillo escocés, o Tormenta en el mar de Galilea, de Rembrandt, desaparecida del museo Isabella de Boston. La mayoría de los robos son encargos de coleccionistas que desean disfrutar privadamente de lo que antes gozábamos todos

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