martes, 27 de enero de 2009

Detenido un prófugo ruso por asesinar y torturar a dos hombres en un chalé de Calicanto en 1997

JAVIER MARTÍNEZ| VALENCIA

Al jubilado le clavaron en la espalda un destornillador 21 veces y luego le apuñalaron en la cabeza
Doce años después del doble crimen de la urbanización de Calicanto, un juez de Requena ha reabierto el caso tras la detención en Estados Unidos del presunto autor de los asesinatos. El prófugo de nacionalidad rusa fue arrestado el pasado mes de junio gracias a la colaboración de Interpol y la inspección realizada por la Guardia Civil en el chalé donde residían las víctimas. Una huella en un aparato de radio, 13 colillas y otros vestigios hallados en la vivienda posibilitaron la identificación de dos sospechosos en un tiempo récord.
El jubilado alemán Hans-Erich Repp y su jardinero Daniel Opladen, de 60 y 23 años de edad, fueron asesinados con una violencia inusitada. A Repp le clavaron en la espalda un destornillador en 21 ocasiones y luego le apuñalaron con dos cuchillos de cocina hasta que se partieron las hojas, según el informe de la autopsia.
El vecino de Calicanto sufrió lo indecible antes de morir. El asesino o los asesinos –fueron imputados dos individuos– torturaron a la víctima para que les dijera dónde guardaba el dinero. Los forenses hallaron en la cadera izquierda de Repp quemaduras de segundo grado que correspondían con la hoja de un cuchillo calentado con fuego.
Antes, el jubilado fue atado de piernas y manos con una cuerda de persiana y un cinturón de cuero. La mayor parte de las heridas fueron infligidas para causar dolores intensos y no la muerte inmediata, según el escrito de acusación del fiscal. La víctima también presentaba golpes en la cabeza, costado, pecho y estómago. Tras el baño de sangre, el criminal decidió acabar con la vida de Repp tras clavarle tres veces el destornillador en la cabeza.
Cuando se dieron cuenta de que el joven Daniel Opladen regresaba al chalé tras comprar comida, los acusados se dirigieron a la puerta y se abalanzaron sobre él por sorpresa. El jardinero, que no tuvo tiempo para defenderse, recibió 12 cuchilladas. Cuatro de las heridas afectaron sus órganos vitales y le causaron la muerte.
Tras comprobar que los dos hombres estaban muertos, los asesinos le quitaron a Repp el reloj, su teléfono móvil, una cadena de oro, un juego de llaves de la casa, 15 marcos alemanes, dólares americanos y el coche.
Los autores del crimen utilizaron el Ford Escort del jubilado alemán para volver a Valencia, y lo abandonaron en la calle Archena, donde fue recuperado por la Guardia Civil.
Extrema crueldad
La extrema crueldad con la que actuaron los asesinos conmocionó a la sociedad valenciana cuando trascendieron los detalles del doble crimen. Los cadáveres fueron descubiertos en la mañana de 11 de enero de 1997 en el chalé de Repp, concretamente en la calle Río Cabriel de la urbanización Cumbres de Calicanto .
Tras una ardua investigación, los agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia lograron identificar a los presuntos autores del asesinato. La inspección ocular realizada en el chalé y los testimonios de varios testigos permitieron centrar las indagaciones en dos sospechosos: Vasile Pietrof, que entonces tenía 23 años, y otro individuo llamado Serguei.
Los investigadores de la Guardia Civil localizaron a una persona que declaró que los dos jóvenes rusos le confesaron que habían asesinado a dos alemanes. Incluso, según este testigo, Serguei y Vasile le enseñaron un reloj que habían robado en el chalé.
Los sospechosos huyeron de España, pero nueve meses después Vasile fue arrestado en Suiza –gracias también a la colaboración de Interpol– y extraditado a nuestro país por su implicación en los dos crímenes. Serguei consiguió escapar. Dos años después de los asesinatos, la Audiencia Provincial de Valencia juzgó a Vasile Pietrof. El fiscal pidió 45 años de prisión, pero el imputado fue absuelto por un jurado popular. La decisión indignó a los familiares de las víctimas al considerar que había suficientes pruebas incriminatorias para condenar al imputado.
Trabajó en la Ford
El jubilado alemán trabajó en la factoría de Ford en Almussafes durante muchos años. Repp compró el chalé en la urbanización de Cumbres de Calicanto como primera residencia. Allí vivía con su mujer y sus dos hijos varones. Cuando ocurrieron los crímenes, su familia se encontraba en Alemania, donde había pasado unos días aprovechando las fiestas de Navidad.
Repp no se relacionaba mucho con los vecinos, pero frecuentaba la Casa de la Caridad en Valencia, donde contactaba con jóvenes y les ofrecía algunos trabajos por horas en su chalé. Allí conoció a Daniel Opladen –su jardinero– y a su verdugo.

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