
EN el Casco Viejo
La mayoría de las viviendas sufrieron importantes daños materiales a causa del agua utilizada durante las tareas de extinción, pero no se registró ningún herido por el fuego
MARÍA REGO| BILBAO
Los bomberos emplearon casi tres horas en las tareas de extinción. / FOTOS: LUIS CALABOR
Casi tres horas tardó el Cuerpo de Bomberos de Bilbao en sofocar el incendio declarado ayer en el número 8 de la calle Correo, del Casco Viejo. Sobre las tres menos cuarto de la tarde, una familia del cuarto piso -el último de este edificio- avisaba a los efectivos de la existencia de una columna de humo que salía de su tejado. «Nos disponíamos a comer cuando, de pronto, vimos la humareda», explicaba Javier Olmo mientras esperaba noticias sobre el piso de su hija, con quien había decidido pasar ese mediodía. En cuestión de minutos, este hombre se encontraba en la calle junto al resto de vecinos del inmueble y de los portales 2 y 6 de la misma calle, las tres viviendas -con estructura de madera, como la mayoría de la zona- desalojadas.
Las llamas se originaron en el número 8 de Correo -antiguo palacio Gortazar -, pero pronto se extendieron hasta el tejado del portal 3 del paseo de El Arenal, que albergó hasta hace unos años el Café Boulevard y ahora se encuentra en obras. Las cinco dotaciones de los bomberos de Bilbao se repartieron entre estas dos vías y comenzaron a buscar el origen del incendio desde primera hora de la tarde, cuando el humo era visible desde diferentes puntos de la villa. Sin embargo, no consiguieron controlar el fuego hasta las cinco y tardaron otros 45 minutos más en extinguirlo completamente. Durante ese tiempo, los vecinos se agolparon en las inmediaciones de la zona acordonada por la Policía Municipal, angustiados por la falta de noticias sobre la situación de sus pisos.
Realojos
El fuego causó importantes daños materiales en las viviendas, pero los servicios sanitarios que se desplazaron hasta el lugar no tuvieron que atender a ningún herido. Allí se presentó también el alcalde de la villa, Iñaki Azkuna, para conocer el estado de los inmuebles y de los desalojados a los que aseguró que esa noche dormirían en un hotel «y mañana Dios dirá». La mayoría de los pisos quedaron afectados por el agua utilizada en las tareas de extinción y, al menos, dos familias tuvieron que ser realojadas por este motivo. Durante su conversación con los vecinos, Azkuna se interesó también por los seguros que tenían contratados y reiteró que «los impuestos que pagamos a estos -en referencia a los bomberos- están bien empleados». A lo largo de la tarde, diferentes técnicos de Surbisa y miembros de la Ertzaintza se personaron también en la zona.
Ayer fue precisamente el día elegido por el PP para reclamar al Ayuntamiento bilbaíno un plan especial de prevención de incendios en Bilbao La Vieja, donde se han registrado dos incendios en sendas buhardillas en menos de una semana. «Tenemos un problema grave porque es una zona con viviendas viejas y en la mayor parte de los casos no hay ni la más mínima medida de seguridad», apuntaron desde el partido.
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