
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE JEFES DE POLICIA LOCAL DE EUSKADI
El responsable de las policías locales vascas recuerda la prohibición de beber en centros escolares
Los incidentes ocurridos entre padres y Policía Municipal en un colegio de Galdakao la madrugada del pasado 22 de junio aún colean. César Pérez, presidente de la Asociación de jefes de Policía local de Euskadi, valora un caso alimentado por ingredientes suficientes para generar la polémica: consumo de alcohol en un local escolar, insultos, amenazas y agresiones cruzasadas entre padres y agentes. Y unos desgraciados testigos de excepción: los niños. Pérez descarta penas de cárcel para el único detenido y reconoce que las denuncias contra los agentes «pueden tener su recorrido».
-La fiesta escolar ha traído cola.
-Ha sido un tema mediático. Siempre que hay algún incidente con menores de por medio, los padres radicalizan el tema y toman el papel de víctimas cuando hay una actuación policial.
-¿Se trata de un caso excepcional?
-Cuestiones de este tipo surgen a menudo. Algo simple como pedir el DNI para identificar a alguien, una retirada de grúa o entrar a un bar a poner una multa puede derivar en una detención. Depende de cómo se encuentre el ciudadano y del aguante del agente. En colegios no recuerdo un caso así.
-Los padres dicen que la policía se extralimitó...
-Desconozco los entresijos...
-...y los agentes alegan que actuaron en defensa propia.
-Las dos versiones son lógicas. Ocurre siempre y para eso están los juzgados, para aclarar las situaciones.
-Los padres podrían ser multados con hasta 54.000 euros y el detenido se enfrenta a una pena de 2 a 4 años de cárcel.
-Eso se reduce y parece claro que no habrá cárcel.
-¿Prosperarán las denuncias por agresión presentadas por los padres contra la Policía?
-Hay partes de lesiones y pueden tener su recorrido
-La Policía se escuda en que estaban en un lugar público y con niños.
-Más que lugar público, es un centro docente donde la ley de prevención de drogodependencias prohíbe la venta y el suministro de alcohol. La venta no se daba, pero sí había un suministro.
-Fuera del horario escolar.
-Da igual. En un colegio no puede consumirse alcohol por mucha fiesta que sea. Si quieren organizar algo así, que se busquen otro lugar. La ley tiene que proteger a los menores y no importa si hay actividad docente o no. La fiesta se celebraba en un colegio lleno de menores, a altas horas de la noche, y pudo existir un exceso de consumo por parte de algunas personas.
-¿Ése fue el problema?
-Estoy convencido de que si no hubiera habido exceso de alcohol esta situación no se hubiera producido.
-La ley de drogodependencias es concisa respecto a los menores, pero no marca límites para los adultos.
-Afortunada o desafortunadamente, la ley no puede decirnos cuántos paquetes de tabaco puedes fumar o cuántas botellas de ron puedes beber. No habla de volúmenes, pero aclara dónde no podemos consumir
-Lo prohíbe en colegios.
-El límite es cero alcohol en colegios, institutos, polideportivos, centros oficiales, bibliotecas... En lugares públicos no hay límites, a no ser que se prohíba el consumo de alcohol en vía pública mediante ordenanza municipal. Ahí chocan los intereses de las terrazas de los bares y los de los ayuntamientos por eliminar el botellón.
Reconducir, no sancionar
-¿Corren peligro las comidas populares y festejos?
-Lamentablemente, parece que en una fiesta es obligatorio beber sin reparar en si hay niños cerca. Seguimos la inercia social y no la conciencia de cada uno.
-¿La Policía controla los festejos?
-Podemos hacerlo de oficio después de una denuncia -como sucedió en Galdakao-. Si no, no vamos a aparecer dando monsergas morales.
-¿En los permisos que se otorgan para las fiestas en colegios se especifica la prohibición del alcohol?
-Normalmente, la administración que los expide, por cubrirse, recuerda los límites de ruido, que no se debe perjudicar a terceros... Quizá a partir de ahora los permisos deban incluir referencias a los menores y las bebidas para evitar jaleos y deban advertir de la capacidad inspectora de la Policía.
-¿Hay manga ancha?
-Claro, pero siempre que se mantengan los límites normales. En Galdakao los agentes llegan para resolver la queja recibida, sin más. A no ser que vean más infracciones, claro. El objetivo policial siempre es reconducir antes que sancionar y si hay buena disposición por la otra parte no hay problema.
-¿Lo ocurrido en Galdakao puede modificar la vigilancia policial?
-Quizá Eudel debiera tomar nota y crear nuevos ejemplos de permisos que recojan con mayor precisión lo que no se puede hacer en estos eventos. Luego el Ayuntamiento decide.

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