sábado, 5 de julio de 2008

05.07.08 Los antidisturbios cortan el paso a los familiares de Román


CANTABRIA
Querían acercarse al Juzgado para recriminar al autor del homicidio por imprudencia que le causó la muerte

Muchos ciudadanos no callaron su pregunta de dónde están los antidisturbios cuando llegan a paralizar la ciudad quienes protestan porque en su barrio no hay jardines, porque Torrelavega está contaminada o porque ha subido el precio de la gasolina. Y lo hicieron cuando vieron la escena, ante el edificio de los Juzgados, de fuerzas antidisturbios evitando, por orden del delegado del Gobierno, que los familiares y amigos del joven Román García Marcano increparan a quien le provocó la muerte. Rubén C. G. (no hay más datos), cada semana, los viernes, tiene que personarse en el Juzgado al estar, aunque en libertad, acusado de un presunto delito de homicidio por imprudencia grave.

Rubén dió un puñetazo a Román y éste cayó al suelo, golpeandose en la cabeza, lo que le provocó daños de tal entidad que derivaron en su muerte. El juez no ha considerado que en este caso se requiera prisión como medida cautelar. No piensan así los familiares de Rubén, vecino de San Felices de Buelna, muerto en plena juventud en abril de este año, cuando trataba de pasar un divertido sábado, junto a su novia, en un disco-bar de Cabezón de la Sal. El 19 de abril recibió el mortal puñetazo que le dejó en coma, falleciendo pocos días después. Este hecho conmocionó a Cantabria entera pero, en especial, al pueblo de San Felices de Buelna, donde vivía con su familia, que no ha podido, ni ha querido, olvidar la injusta muerte de uno de los suyos. Desde el alcalde hasta el más joven de los vecinos trata de arropar a su familia, y en especial a su madre, Agustina Marcano Gutiérrez, que sigue reclamando justicia.

Acciones

El día 7 de junio medio millar de personas se concentraron y rodearon la entrada del Juzgado de Torrelavega tratando de ver la cara al agresor pero éste, finalmente, no compareció (debe hacerlo cada viernes). El 14 de junio se realizó una marcha entre San Felices y Los Corrales de Buelna. El 27 de junio se concentraron durante tres horas ante el Juzgado de Torrelavega (caceroladas y pitadas). Con el mismo objetivo más de medio centenar de familiares y amigos 'bajaron' ayer a Torrelavega. Rubén C. G. tenía que personarse en el Juzgado pero en esta ocasión no pudieron ni acercarse. Permiso para la concentración lo había pedido la madre de Román a la Delegación del Gobierno «para pedir justicia por la muerte de mi hijo». Pero un cinturón de efectivos antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía, enviados por el delegado del Gobierno en Cantabria, se lo impidieron, debiendo conformase con no ver nada ya que quedaron recluidos en la plaza Baldomero Iglesias, en los aledaños del edificio judicial. La Delegación del Gobierno atendía así un escrito del Magistrado-juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 4 de Torrelavega en el que describía al TSJC que, a su juicio, cuando hay estas concentraciones, se produce «una situación de cierto riesgo para la integridad física» del imputado, describiendo que «se hacen sonar bocinas, profiriendo gritos ofensivos, e incluso, lanzando algunos proyectiles contra una de las ventana de este Juzgado».

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