
La cueva de Alí Babá estaba en Madrid
La Policía localiza 75 obras de arte, entre ellas 'mirós', 'picassos' y 'tápies' valorados en millones, pertenecientes a Juan Antonio Roca
El tesoro de la 'operación Malaya' ya está en manos de la Policía. Los agentes de Blanqueo de Capitales han descubierto en una oficina de Madrid la cueva donde Juan Antonio Roca, presunto cerebro de la trama de corrupción marbellí, escondió la fortuna que amasó entre 1991 y 2006. Los investigadores han localizado en la sede de una empresa-tapadera 75 obras de arte de un valor incalculable, entre las que se hallan 'mirós', 'picassos' y 'tápies', además de otra veintena de los más importantes autores modernos y contemporáneos. Cuadros y esculturas que el asesor del Ayuntamiento de Marbella, un ignorante del arte, utilizó para blanquear las ingentes cantidades de 'dinero negro' que generaban sus negocios inmobiliarios.
Los especialistas de la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado de la Costa del Sol han necesitado justo dos años para llegar al escondite de Roca y probar que la colección artística pertenece al ex asesor urbanístico. La mayoría de las 75 obras de arte han sido incautadas en unas oficinas de la calle Goya de Madrid, sede social de un grupo de empresas-tapadera que gestionaban dos de sus testaferros, Carlos Sánchez Hernández y Andrés Lietor Martínez.
El camino hasta Goya 15 ha sido arduo. Los funcionarios, a diferencia de los piratas, no tenían mapa del tesoro. La única pista era un archivo informático 'excel' titulado 'listadecuadros.xls', que apareció en el registro de la empresa Mara Asesores, otra de las firmas vinculadas a Juan Antonio Roca.
En aquel elenco, que los policías pasaron a conocer como el 'archivo Maras', aparecían centenares de obras maestras que, supuestamente, habían pasado en algún momento por las manos del 'cerebro' de la trama marbellí.
Los nombres que allí figuraban dejaron sin aliento a los policías: Picasso, Miró, Tápies, Torres García, Eduardo Arroyo, Equipo Crónica, Barceló, Francisco Bores, Jean Cocteau, Ismael de la Serna, Grau Sala, Buthaud, Dubufeet, Klein, Óscar Domínguez, Antonio Saura, Paul Razé, Poliakoff o Manolo Millares. Y no eran los únicos. El patrimonio artístico de Roca podía ser inmenso y, aunque el ex asesor estaba detenido, las obras de arte estaban en paradero desconocido.
Desde mayo de 2006, y siempre con el miedo de que los testaferros de Roca pudieran deshacerse de los lienzos y esculturas, los agentes trabajaron contrarreloj hasta que por fin dieron con los marchantes de arte que suministraban las obras a Roca. Los informes policiales y judiciales revelan que «el principal proveedor» del ex asesor de urbanismo era el uruguayo Alberto Héctor de Jesús Pedronzo Moreiro, 'Beto', quien había vendido más de 15 millones de euros en cuadros a Roca.
Su segundo marchante de 'cabecera' era Jean Alfred Leopold Fournets, que facilitó al ex asesor marbellí obras por valor de más de siete millones de euros. En las investigaciones también aparecieron otros nombres de conocidos marchantes como Manel Mayoral o Rafael Doménech.
Roca pagaba las obras con dinero y con algunas de las viviendas que, a su vez, le entregaban como 'mordidas'. La Policía ha documentado que Beto recibió casas o locales de Mediterránea de Inmuebles 47, otra de las empresas ligadas a Roca, a cambio de los cuadros. Inmuebles 'sucios' se convertían así en 'limpias' obras de arte.
Corredurías de seguros
Los marchantes sólo fueron la primera pista. La Brigada de Blanqueo tuvo que recurrir a corredurías de seguros de toda España para seguir el rastro a los cuadros. Sus agentes investigaron los albaranes de empresas especializadas en transporte de obras de arte; interrogaron a testigos, empleados y confidentes, y bucearon en cuentas de decenas de bancos hasta llegar a las cuatro primeras piezas descubiertas, que fueron dos picassos y dos esculturas de Torres García, que escondían Sánchez y Lietor por orden de Roca.
Estos dos empresarios, sostiene el juez marbellí Oscar Pérez, no sólo eran los intermediarios del ex asesor en la compra de cuadros y le pagaban por favores urbanísticos; también blanqueaban para su socio y le ayudaban a ocultar la participación de sus empresas en los negocios más sucios de la Costa del Sol. Además de las obra de arte, la Policía ha descubierto numerosos documentos relacionados con la 'operación Malaya' que pueden permitir nuevos hallazgos.

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