domingo, 29 de junio de 2008

El triste final del 'portugués de la mochila'


VIZCAYA

Muere de un golpe en la cabeza, probablemente fortuito, un indigente de 50 años que dormía en la Termibús. De mal carácter y «solitario», frecuentaba el comedor de Irala


Jorge Manuel Teixeira Rodríguez, 'El portugués de la mochila', como le conocían todos en la Termibús de Bilbao donde solía dormir, descansa en paz. El indigente, de 50 años, que saltó a la luz pública a raíz de un reportaje navideño publicado en este periódico y que después no se presentó a una cita de trabajo ofrecida por una empresaria metalúrgica de Durango, ha fallecido. Murió el pasado día 19 de junio en el hospital de Basurto, después de pasar casi una semana en coma.
La causa de la muerte fue un golpe que recibió en la cabeza, según informaron en el hospital. La autopsia, en principio, no ha apreciado signos claros de que el impacto pudiera ser provocado, señalaron fuentes solventes. Todo apunta a que el hombre pudo caerse y golpegarse la cabeza contra el suelo, si bien este extremo no se ha podido confirmar. Y tal vez nunca llegue a aclararse del todo. 'El portugués' se ha llevado a la tumba la verdad sobre cómo se desencadenó su triste final.
Llevaba varias semanas sin aparecer por el comedor de los Franciscanos de Irala, donde comía y cenaba a diario. «Hacía un 'tiempito' que no venía, una semana. Se le había expulsado por una tontería, es que era un poco gruñón», explica un asistente social que le conocía desde hacía varios años.
Jorge Manuel pasaba por ser «un hombre de costumbres»; «si no iba a venir a cenar nos avisaba», recuerda. «En el comedor se le ha echado de menos; era un asiduo», lamenta. Esa noche cenaban allí 90 personas sin recursos, que deben pasar antes por el albergue de Mazarredo para conseguir una «tarjeta». De primero, había sopa.
En el submundo de la calle han surgido rumores de que al 'portugués' le habían liquidado, pero la autopsia practicada al cadáver ha descartado que fuera víctima de un acto violento. La Ertzaintza se interesó por el resultado del informe forense para saber las causas de la extraña muerte e iniciar o no una investigación al respecto. El Departamento de Interior confirmó a este periódico que «no se han abierto diligencias» sobre el caso.
Jorge Manuel Teixeira ingresó en el hospital de Basurto el viernes 13 de junio con un fuerte golpe en la cabeza. Desde que se divorció de su mujer, María Soledad, y escapó de Valongo, un pueblo cercano a Oporto donde vivía el matrimonio con su hijo Ricardo que entonces tenía ocho 'añitos', Jorge Manuel cayó en picado hasta terminar convertido en un 'sin techo'. «Últimamente alternaba para dormir la Termibús y San Mamés, de las puertas 17 a 22», revela un voluntario de los servicios sociales que le atendía en referencia a la parte trasera del estadio de fútbol del Athletic de Bilbao. «La calle deteriora mucho, cualquier persona que duerma con cartones tiene un carácter especial. No es habitual, pero sí frecuente que la gente muera de un día para otro, tienen problemas de toda índole, físicos y psíquicos», indica el trabajador social.
Mal carácter y solitario
Tenía mal carácter -«se lo tomaba todo a la tremenda»- y era un «solitario»; no había forjado fuertes amistades con ninguno de los compañeros que como él acudían al comedor social. Jorge Manuel añoraba a su hijo, de quien tenía noticias a través de su madre. «Está hecho un 'hombrecito'», le contaba por teléfono. Y presumía de galán; a lo largo de su vida había conquistado no pocos corazones. «Por feas que sean, las mujeres siempre son guapas», solía decir.
Cansado ya de vagabundear, Jorge Manuel soñaba con cambiar de vida, con poder ponerse un jersey mejor y trabajar, o al menos eso decía. Al leer sus aspiraciones en este periódico, en diciembre de 2006, la gerente de una empresa de Durango le ofreció un empleo. Le advirtió de que tendría que «trabajar duro con la 'rotaflex'». 'El portugués', sin embargo, no se presentó a la cita, y eso que el encargado de la estación de autobuses prometió pagarle el billete. Y perdió la oportunidad.

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