
EN MOTRIL
El joven agredió a dos policías que intentaron ayudarle
Ha vuelto a nacer y aunque está metido en un buen lío, tiene motivos para sentirse aliviado. La fortuna, el devenir o el destino le han salvado de morir aplastado contra el suelo. Un muro de hormigón ha evitado que volara con su coche a lo largo de demasiados metros. Tuvo suerte y con él, los albañiles que trabajaban como cualquier jueves en el fondo de las obras de un parking subterráneo.
No eran todavía ni las nueve de la mañana -ayer- cuando los trabajadores del aparcamiento de La Matraquilla, en la zona del pabellón de deportes de Motril, vieron estupefactos como un coche arrasaba con la valla de protección y se quedaba al borde del precipicio, del abismo, a punto de caer al foso del aparcamiento que mide ahora 14 metros.
El vehículo salió descontrolado, dicen testigos que en punto muerto, de una pequeña calle que desemboca cerca de las obras del aparcamiento. El impulso necesario para arrasar con la protección metálica se lo dio la gran pendiente que tiene la callejuela. «Dio la casualidad que estábamos señalando la parte de la obra por donde apareció el coche y nos dio tiempo a avisar a dos compañeros que estaban abajo. Todos nos quedamos muy asustados», explica Carlos González, el jefe de obra. Éste indicó que, para mayor seguridad, habían puesto este muro de hormigón de un metro «para que no cayeran cascotes, pero no pensando en coches», expone el responsable de la obra, ya más relajado.
Después del susto, llegaron las sorpresas, cuando al abrir la puerta del conductor descubrieron que quien conducía el vehículo era un joven, demasiado joven, un chaval de 17 años sin carné -evidentemente- y que además iba muy borracho, según fuentes policiales.
A golpes con los agentes
Dos agentes de la Policía Nacional de Motril, que pasaban por allí pues la Comisaría está muy cerca, se acercaron al vehículo para ayudar al joven a salir y éste, la emprendió a golpes con los agentes. Dicen los testigos que el chico intentó hasta coger un ciclomotor que tenía por allí para huir.
Según explica el concejal de Interior de Motril, José García Fuentes, a la Policía Local les llegó el aviso de que había «una reyerta» y se quedaron sorprendidos al observar la posición del vehículo. Con el etilómetro le hicieron la prueba de alcoholemia al joven, que dio 0,90, casi cuatro veces más del límite permitido.
Así que el menor ebrio, sin carné y violento con la Policía, fue detenido. Los mayores que suelen entretenerse frecuentemente viendo cómo avanzan las obras del aparcamiento subterráneo, asistieron atónitos a este espectáculo que rompió sus rutinas. Los vecinos que pasaron por allí, no perdieron la oportunidad de fotografiar el momento con el móvil, a sabiendas que esta historia, sin documentos gráficos que la atestigüen, es casi increíble. Según explicó el comisario de Motril, Jesús Herranz, el caso de este menor de edad se remitió a la Fiscalía. El chico quedó en libertad, cuando fue su madre a recogerlo a la Comisaría.
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