
Sucesos
Valladolid
La imaginación de los adictos a la marihuana no parecer tener límites a la hora de sembrar las plantas de este cáñamo psicoactivo. Un cementerio ha sido el lugar elegido por un aficionado al cannabis para conseguir las codiciadas hojas puntiagudas. La Guardia Civil descubrió que en el cementerio municipal de Laguna de Duero habían aparecido sorprendentemente cuatro grandes plantas de cannabis en otras tantas macetas. La especie herbácea, misteriosamente, había crecido junto a las tumbas y lápidas funerarias de esta ciudad-dormitorio situada a 6 kilómetros de Valladolid.
Después de una rápida investigación, los agentes del instituto armado identificaron al presunto autor del delito: un joven de 32 años, cuya identidad responde a las iniciales J. M. M. Cuando los guardias le interrogaron descubrieron que era el jardinero del cementerio. Aunque argumentó que las había plantado para "consumo propio", los agentes le abrieron un expediente penal por un delito contra la salud pública. Y a continuación procedieron al arranque de las plantas, que tenían vocación de superar la altura de los muros del camposanto.
Es la primera vez que esta planta, originaria de las cordilleras del Himalaya, brota en un cementerio de la península Ibérica.
Quizás, la paz que buscó el jardinero para la marihuana era incompatible con pasar desapercibida entre claveles, rosas y el sinfín de flores que adornan los panteones del cementerio de Laguna de Duero, el segundo municipio más importante de la provincia de Valladolid, con más de 22.000 habitantes.

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