

VIZCAYA
El accidente tuvo lugar en Muxika y el vehículo articulado superaba en 30 kilómetros por hora el límite de velocidad permitido en la zona
La veintena de pasajeros que, a las 12.30 horas de ayer, viajaba en Bizkaibus desde Bilbao a Gernika tardará mucho tiempo en olvidar la pesadilla vivida en la víspera de San Juan. Acababan de parar en Ariatza para que se apease una persona. Cuando el vehículo enfilaba ya la salida de Muxika hacia la villa foral, el destino les jugó una mala pasada. Un camión Scania con matrícula de Palencia que circulaba en sentido contrario hizo la tijera a la salida de la curva de Amona y la parte trasera de su remolque impactó con el frontal del autobús.
La unidad del servicio público se llevó la peor parte. Tras arrancar unos veinte metros de quitamiedos, se precipitó a las vías del tren, que discurren paralelas a la BI 635, desde unos dos metros de altura. El accidente se saldó con dieciséis heridos, dos de ellos graves, nueve de menor consideración y cinco leves, que fueron trasladados a los centros hospitalarios de Cruces, Basurto y Galdakao, así como al ambulatorio de Gernika.
Según fuentes de Interior, las primeras investigaciones apuntan como posible causa del accidente al «exceso de velocidad del camión». Al parecer, circulaba a 80 kilómetros por hora en un tramo en el que está prohibido superar los 50. La Ertzaintza ha solicitado la correspondiente prueba de detección de drogas, «por si el conductor pudiera encontrarse bajo los efectos de sustancias estupefacientes», apuntaron.
El Bizkaibus quedó recostado sobre el lado derecho en las vías y la angustia se apoderó de los pasajeros. «No encontrábamos los martillos para romper el cristal y poder salir. Menos mal que uno de los conductores que venía detrás de nosotros consiguió ayudarnos», reconoció el gernikarra Urbano Oreja que viajaba con su esposa. Peor suerte corrieron los tres pasajeros, una mujer y dos hombres, que quedaron atrapados entre el amasijo de hierros del vehículo hasta que los equipos de desencarcelación de los bomberos desplazados desde la villa foral, Iurreta y Basauri lograron auxiliarles.
Uno de los peor parados fue J.L. D. I., de 60 años, que perdió el brazo derecho y fue trasladado de urgencia en el helicóptero de Osakidetza. «Ha estado consciente en todo momento», señaló uno de los participantes en el rescate. La Ertzaintza consiguió recuperar el miembro seccionado y, tras introducirlo en una bolsa de hielo, lo envió al centro sanitario para que un equipo de cirujanos intentase implantárselo. El parking de un restaurante cercano ejerció de improvisado helipuerto.
«Otro de los que quedó aprisionado tenía la pierna enganchada en la vía. Por suerte sólo ha sido una rotura», explicó un bombero. Entretanto, los numerosos efectivos de socorro que acudieron al lugar del accidente habilitaron un set de urgencia en plena carretera para atender a los heridos. Algunos pasajeros, los menos graves, esperaron sentados en el quitamiedos hasta ser atendidos por los sanitarios.
Muchos siniestros
«Menos mal que en el momento de caer a las vías no venía ningún tren, porque de lo contrario...», aseguró María Jesús Tatón minutos después de salir del autobús junto a su marido con un fuerte golpe en la cintura. La magnitud del accidente obligó a cerrar tanto el tráfico rodado como ferroviario en la zona durante gran parte de la jornada. Las unidades de Euskotren sólo funcionaron en el tramo Bermeo-Gernika, mientras que los automovilistas fueron desviados por Zugastieta y Mendata, así como por Errigoiti.
A pesar de que los servicios de urgencias concluyeron su labor alrededor de las 14.15 horas, la circulación no se restableció hasta las 16.40 horas, aproximadamente, después de que una grúa de grandes dimensiones consiguiese retirar el autobús siniestrado de las vías del ferrocarril. Los trabajos de limpieza de la calzada, además, se prolongaron hasta última hora de la tarde, por lo que hubo que dar paso alternativo a los vehículos y se registraron ligeras retenciones en ambos sentidos.
La curva en la que tuvo lugar el accidente es «bastante peligrosa cuando llueve», apuntaron ayer varios conductores que habitualmente transitan por la zona. La BI-635 registra una gran afluencia de vehículos pesados procedentes tanto del puerto comercial de Bermeo como de las numerosas empresas existentes en la comarca. Sólo el pasado año esta carretera contabilizó un total de 122 accidentes en los que se vieron implicados 321 personas. La alta siniestralidad se cobró dos víctimas mortales, además de ocho heridos graves y 72 leves.

No hay comentarios:
Publicar un comentario