
actuaban en santander, entre otras ciudades
tras recibirse una denuncia de estafa en la que una persona, usurpando la identidad otra, había estafado 12.000 euros
30.05.08 Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Area de Investigación del Puesto de Tres Cantos han desarticulado una banda encargada de la falsificación de documentos y de la realización de diversas estafas, que actuaba en diferentes ciudades, entre ellas Santander.
La 'Operación Family' se inició en el pasado mes de abril, tras recoger en el puesto de Tres Cantos una denuncia de estafa ocurrida en una entidad bancaria de la localidad, en la que una persona, usurpando la identidad otra, había estafado 12.000 euros.
Los agentes del área de investigación del puesto de Tres Cantos comprobaron que estos hechos eran similares a otros acaecidos en varias localidades de la Comunidad de Madrid y del resto de la geografía nacional, recopilando las denuncias pertinentes de distintos cuerpos policiales para buscar puntos comunes en su línea de investigación.
Estas gestiones aportaron numerosos indicios a los agentes, que tras dos meses de investigaciones centraron su atención en dos pisos en la capital.
Fruto de las vigilancias establecidas sobre las viviendas de dos de los ahora detenidos, se pudo determinar que el cabecilla del grupo, que quebrantó un permiso carcelario, habitaba en un piso situado en el barrio de Villaverde y que él, era el encargado de realizar las falsificaciones, así como de manejar todo el entramado creado.
Este hecho quedaba demostrado cuando los agentes localizaron el pasado miércoles en su piso, los elementos necesarios para realizar las falsificaciones de los documentos.
Esta persona, español de 58 años, contaba con un estrecho colaborador, presuntamente de nacionalidad portuguesa, quien se encargaba de solicitar los préstamos bancarios y realizar las estafas, a quien, se le han intervenido gran cantidad de documentos de identidad falsificados portando su fotografía.
En la última etapa, antes de su detención, habían captado a cinco personas más para solicitar los préstamos bancarios, entre ellos a dos mujeres, que eran en la actualidad las más activas.
Gracias a la estrecha vigilancia a la que han sido sometidos, se sospecha que los ahora detenidos, habían cometido varias estafas en la Comunidad de Madrid, concretamente en algunos barrios de la capital, en Aranjuez y en Villaconejos, y debido a los movimientos que estaban efectuando pudieran estar planificando ampliar estas fronteras a poblaciones como San Sebastián de los Reyes, Las Rozas, y otros barrios de Madrid.
Ante las fundadas sospechas de que estuvieran preparando un "golpe" mayor, el pasado miércoles se procedió a la detención del supuesto cabecilla y cinco de sus colaboradores, y ayer se detuvo a otra mujer. Esta última detenida, fue la encargada de realizar la estafa bancaria en Tres Cantos, que dio pie a la apertura de esta investigación.
Fruto del cruce de datos efectuado con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a nivel nacional, a los ahora detenidos se les imputa la comisión de una treintena de hechos delictivos perpetrados en Barcelona, Santander, Oviedo, Salamanca, Córdoba y la Comunidad de Madrid, no descartando su implicación en más delitos de esta índole.
Los agentes continúan con las labores de comprobación de la verdadera identidad de estas personas, quienes según la documentación aportada son dos españoles (el cabecilla y una mujer), dos de nacionalidad portuguesa, uno natural de Angola, una mujer paraguaya y un ciudadano polaco.
'Modus operandi'
Para empezar a funcionar, lo primero que necesitaba este grupo era hacerse con documentos de identidad, para ello aprovechando el descuido, sustraían efectos a personas o incluso contaban con un contacto que por 200 euros se los pasaba.
El paso siguiente consistía en realizar la falsificación, realizada siempre por el cabecilla de la organización, quien además de los documentos de identidad, también falsificaba todo lo necesario para solicitar un préstamo, como nóminas, justificantes de vida laboral, etcétera.
Una vez con la documentación necesaria, y designados los encargados de suplantar la identidad, acudían a la entidad bancaria, donde primero se comprobaba la solvencia de la víctima, y posteriormente se solicitaba el préstamo.
El cabecilla del grupo, exigía en todo momento que la apariencia que debían presentar tenía que ser buena, puesto que en algún caso a una de las mujeres la denegaron las solicitudes, achacando el "jefe" que pudiera ser por su falta de aseo. Con este método habían logrado estafar hasta el momento unos 80.000 euros.
Un documento nuevo costaba 1.000 euros y el antiguo 500 euros. Este era el precio estipulado por la organización. Los interesados en portar un permiso de conducir nuevo debían aportar 1.000 euros y esperar 15 días para recogerlo, el precio se reducía a la mitad si era un documento antiguo y el plazo de retirada era de cinco días.
La investigación continúa abierta tendente al esclarecimiento de otros delitos supuestamente cometidos por este grupo.
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