lunes, 28 de mayo de 2007

LA MENTE DE UN CRIMINAL


Para comenzar, es necesario aclarar que no todos los delitos son equivalentes. Ciertamente un estafador responde a características distintas que un homicida. En este momento, se trata de indagar en la psiquis de aquellos sujetos que entran en la categoría de delincuentes peligrosos, aquellos que cometen crímenes que por su maldad, su sorpresa y su magnitud impactan a la sociedad.Aunque la costumbre social tiende a generalizar, es necesario señalar que no todos los criminales pueden ser considerados dentro de un mismo grupo. A juicio del doctor Marco Brunetti, psiquiatra de Clínica Alemana, pueden distinguirse al menos dos grupos de personas que cometen esta clase de actos. “Hay crímenes que se relacionan con una determinada enfermedad mental, en general corresponden a las acciones que cometen los sujetos sicóticos, y también existen los crímenes que no derivan de una patología, sino que de un trastorno de la personalidad, como es el caso de un psicópata. Aunque se tiende a pensar que ambos tipos son parecidos, debe decirse todo lo contrario. Su origen es totalmente diferente, al igual que sus motivaciones y por lo tanto, la forma en que el criminal asume su acto es distinta”.Mientras la ciencia psiquiátrica considera a un individuo sicótico como enfermo mental, un psicópata, por atemorizante que suene el término, no se encuadra como un enfermo. Es una persona que tiene un trastorno a la personalidad, condición que se reparte en los seres humanos igual que cualquier otra característica. En el marco de las distintas clases de personalidades una persona con personalidad normal se caracteriza por presentar una variedad de rasgos que son los más frecuentes. Una personalidad anormal, representa la agudización de algunos de estos rasgos, y una personalidad psicópata involucra a su vez una exacerbación de una personalidad anormal. La Raíz de el TrastornoNormalmente, este trastorno se relaciona con la incapacidad de compartir los valores comunes y los principios que se articulan en la vida social. Por lo mismo, tal como explica el doctor Brunetti “el psicópata es totalmente responsable de sus actos, por que entiende la diferencia entre una conducta normal y una delictual. Lo que sucede es que él, opta por la última. El crimen del psicópata tiene motivaciones definidas y por lo tanto lo podemos comprender. Estas motivaciones pueden ser de carácter afectivas, económicas, sexuales, etcétera”. En cambio, un sicótico fundamenta su accionar criminal en una enfermedad mental, entre las que destaca la esquizofrenia. “Un individuo de esta naturaleza comete un acto que puede no tener motivaciones o motivos aparentes por que es una persona enferma. En general, su crimen nos resulta incomprensible, es decir podemos explicarnos por qué lo hizo pero no lo logramos comprender” señala el psiquiatra. Probablemente esta característica es la que determina que este tipo de crímenes tengan una relevancia mediática que los catapulta a los espacios privilegiados de diarios y canales de televisión, pues lo que impacta es justamente esa incomprensión de su acto. En ambos grupos de potenciales criminales, existen ciertos factores que pueden incidir en que un sujeto cometa un delito. El grado de desarrollo cultural, el nivel intelectual, el consumo de alcohol y drogas, el entorno social y el ambiente familiar, entre otros, son elementos que deben ser considerados al momento de analizar al criminal. De hecho, en numerosas ocasiones el psicópata puede ser una persona con un alto nivel educacional, bastante educada y muy inteligente. Probablemente, en este caso el crimen será un acto elaborado y con un alto grado de complejidad. En otras, el psicópata puede presentar un menor grado de inteligencia, uno de cuyos rasgos es una marcada debilidad mental, que dificulta el control de las emociones. De esta forma, el delito será más primitivo y menos complejo. Uno de los elementos más complicados y peligrosos en el caso de los psicópatas es el desalmamiento que mueve el crimen. El sujeto entonces no es capaz de percibir el dolor y el sufrimiento de las demás personas. “La maldad, la carencia de sentimientos y la falta de arrepentimiento son características propias del psicópata” explica el doctor Brunetti. Las acciones de los sicópatas pueden ser tanto improvisadas como elaboradas, pero responden a un ejercicio conciente que involucra la utilización de la inteligencia. Por lo tanto es un delito claramente imputable. Lo que gatilla el acto criminal es un conjunto de factores que se relacionan: el momento, las circunstancias y las motivaciones del crimen.Al revés, el crimen del enfermo mental no responde a una planificación rigurosa del delito. Es más bien un acto impulsivo, producto de la patología propia que padece el sujeto. “Conozco el caso de un joven que estaba conversando con su madre. Él le pregunto si estaba lista la comida y ella le contestó que no. Como él se mostró molesto, la madre en broma le dijo ‘mátame ahora’, y efectivamente la mató. Ahora está internado en el Hospital Psiquiátrico” cuenta el especialista de Clínica Alemana. En esta clase de delitos puede ocurrir que la persona quede penalmente exenta de responsabilidad, pues el sujeto no es responsable en forma plena de sus actos y a veces incluso no son capaces de diferenciar con claridad lo que se entiende por bien y mal. Como el crimen es originado por una enfermedad, no resulta adecuado enviar a estas personas a una cárcel común y corriente, donde difícilmente recibirán una terapia adecuada para su patología. Son derivados a una institución mental para su tratamiento dependiendo de la gravedad del crimen, pues como explica el doctor Brunetti “la justicia busca proteger a la sociedad de estos enfermos internándolos en establecimientos especializados, pero no se persigue castigar a la persona”. Lo anterior se explica por que según el doctor Brunetti “es muy probable que cuando el sicótico comete el crimen se encuentra en un estado de agudización de su enfermedad, lo que en psiquiatría se considera un aumento de la productividad del sicótico. Es en ese momento cuando resulta más factible que el individuo cometa un delito, por que los síntomas de su enfermedad, ya sean voces, alucinaciones o delirios, están exacerbados”. Esto agrega una cuota de peligrosidad especial a este tipo de crímenes, pues a veces resulta difícil prever cuándo una persona puede experimentar una crisis de su enfermedad.Sin Mea CulpaUna vez cometido el delito, la conducta tanto del psicópata como del sicótico sigue una línea similar al desarrollo del crimen. Tal como explica el psiquiatra “el psicópata adoptará una conducta igual de comprensible que su crimen. Lo más frecuente es que intente evadir su responsabilidad, esconderse por un tiempo, escapar de la policía e incluso inculpar a otras personas”.“En el caso del sicótico el asunto es diferente. Su conducta una vez realizado el delito, es tan incompresible como el acto mismo. Aunque el sicótico es una persona con una patología mental, no está permanentemente enferma. Es decir, ejerce parte de una conducta normal. No sigue una línea sucesiva de conducta, y por lo tanto quizás tratará de esconder su crimen pero de manera torpe, incomprensible. También puede que confiese, se autodenuncie o simplemente reaccione como si no hubiese pasado nada, demostrando una frialdad espeluznante. En definitiva no son conductas muy elaboradas y complejas como las que podría presentar un psicópata” señala el doctor Brunetti.Finalmente, el psiquiatra de Clínica Alemana explica que es posible articular algunas medidas de prevención para evitar que personas que padecen una enfermedad mental o experimentan trastornos a la personalidad lleguen a cometer crímenes. “en el caso de los sicóticos un diagnóstico oportuno de la patología mental y un tratamiento adecuado pueden ser un factor central en la prevención de delitos. En cuanto a los psicópatas el tema es más complejo, pues como no son personas enfermas no consultan, dificultando la eventual labor preventiva. Sin embargo, en algunos jóvenes es posible advertir ciertos rasgos que harían aconsejable recurrir a un especialista. Hay casos que son más educables que otros. Tampoco hay que olvidar nunca que así como se puede tratar al criminal, las victimas de estos crímenes tiene una buena oportunidad de superar la experiencia traumática con una adecuada terapia”.

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