lunes, 10 de noviembre de 2008
Un hombre encierra tres semanas a su pareja y al hijo de la mujer en una nave abandonada
P. TERCERO| CASTELLÓN
Una nave industrial semiabandonada junto a uno de los principales accesos a la ciudad de Castellón se había convertido en una cárcel para una mujer y su hijo de 11 años. Estaban presuntamente retenidos por el compañero sentimental de ella, un hombre que responde a las iniciales I. L. El angustioso encierro duró tres semanas, según declaró la víctima a los agentes policiales. El presunto autor está detenido y pasará a disposición judicial en las próximas horas.
El calvario acabó ayer sobre las siete de la tarde, después de que la propia víctima llamase a la Policía Local de la capital de La Plana pidiendo la presencia urgente de los agentes. Ya no podía aguantar más después de permanecer 21 días sin poder salir de la nave, encerrada la mayoría del tiempo con un candado y recibiendo continuas amenazas delante de su hijo, según explicaron fuentes policiales.
Éstos fueron los hechos que la mujer relató a los agentes que se desplazaron hasta la Quadra Morteràs, una partida del término municipal donde se ubica la nave industrial, después de constatar la veracidad de la llamada de móvil que había recibido la sala del 092.
Los policías comprobaron que en la nave sin actividad industrial descrita por la mujer había una puerta abierta. Cuando entraron se encontraron un espacio diáfano, con varias prendas de vestir colgadas y con una puerta al fondo que daba a un pequeño habitáculo. Allí estaba la víctima, nacida en Rumanía en 1966, su hijo y un hombre sentado en un sofá.
Al ver aparecer a los agentes, la mujer -de la que no se ha facilitado la identidad- informó de que el hombre que la acompañaba era su hermano. Pero al parecer actuó por miedo. Una vez se quedó sola con la policía confesó que no tenía ninguna vinculación familiar con él, sino que convivía con él desde hacía un mes en la nave industrial.
Sin luz y bajo candado
Según las mismas fuentes policiales, el sórdido recinto que les servía de hogar carecía de luz y presentaba un aspecto muy precario a nivel de higiene. Tras ser interrogada, la víctima se derrumbó y contó a los funcionarios policiales la pesadilla que estaba viviendo. La mujer admitió que había convivido un tiempo con I. L., nacido el 30 de junio de 1963 también en Rumanía, y reconoció que las últimas tres semanas se habían convertido en un cautiverio. Al parecer, el sospechoso encerraba la mayoría de días a la víctima y al menor con un candado, según narró la mujer a los agentes.
Efectivamente, en el habitáculo donde fueron halladas las víctimas, la policía encontró un candado con un pasador en forma de argolla que servía para cerrar la puerta. Pero la angustiosa situación no acababa ahí. Siempre según la versión que la mujer ofreció a la Policía Local, I. L. no se había conformado con impedir que salieran de la nave industrial, sino que en los dos últimos días presuntamente había privado de agua a la víctima y a su hijo. Esta situación insostenible fue que lo que la llevó a llamar con desesperación a la policía para pedir auxilio.
Además, según apuntaron las mismas fuentes, la mujer recibía constantes amenazas por parte de su pareja sin importarle lo más mínimo la presencia del niño de 11 años. "Si me dejas te cortaré las orejas y te sacaré los ojos", le decía supuestamente a su pareja.
Se negó a denunciar
Debido a la gravedad de los hechos, el hombre fue detenido y trasladado a dependencias policiales, ya que no se le conoce domicilio en la ciudad y el único que facilitó es el de "Quadra Morteràs, sin número", donde se halla la nave industrial. Mientras, a la mujer se le recomendó acudir a la comisaría para que presentara denuncia por los amargos hechos que acababa de relatar. Sin embargo, ante la sorpresa de los agentes, se negó.
Ante esta situación inesperada, los policías locales de Castellón se pusieron en contacto con el Centro de Acogida, con el objetivo de que la mujer y su hijo pudieran ser atendidos. Pero ella tampoco quiso esta ayuda social. Ni la psicóloga del centro logró convencerla de la conveniencia de quedarse y denunciar a su pareja.
Lo único que aceptó la mujer fue ser trasladada a la casa de otro hijo suyo que vive en el Grau de Castellón. Los agentes accedieron y la acompañaron hasta el Distrito Marítimo de la ciudad, donde su otro familiar se hizo cargo de ella finalmente.
Ahora será el juez el que decida qué ocurre con el supuesto secuestrador y si abre una causa contra él pese a que la mujer se niega a denunciar los hechos. El ciudadano rumano podría ser acusado de detención ilegal, amenazas y malos tratos en el ámbito familiar.
sucesos@lasprovincias.es
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