lunes, 24 de noviembre de 2008

Canarias, lupanar de la prostitución ilegal


Blanca Esther Oliver
Las Palmas de Gran Canaria

La prostitución genera en España unos ingresos superiores a los 18.000 millones de euros al año, o lo que es lo mismo, tres billones de las antiguas pesetas, según los datos salidos del propio Congreso de los Diputados. De esa cantidad, casi 750 millones de euros serían los beneficios anuales del negocio en Canarias
Resulta una auténtica paradoja. Además de ser una de las actividades económica más lucrativas del planeta, es la profesión más antigua del mundo y todavía hoy sigue son estar regulada.


Por ese motivo, el portavoz y jefe de losServicios Jurídicos de la Asociación nacional de empresarios de locales de alterne, José Luis Roberto, asegura que los datos que existen acerca de ella son «muy sesgados y parciales», pero poseen el sello de la oficialidad que les otorga el haber salido del Congreso de los Diputados.


De acuerdo con esa fuente, en España trabajan en estos momentos entre 250.000 y 300.000 prostitutas, de las que más de 12.500 ejercen en Canarias.


En cuanto al número de locales, los datos corresponden a los establecimientos en los que hay un mínimo de 10 mujeres y tienen habitaciones. En esa categoría se encuentran los cerca de 2.000 estimados en todo el país. Capítulo aparte serían los pisos y wiskerías, sobre los que no, según José Luis Roberto, no existen controles fiables.


Sin embargo, a la hora de cuantificar los ingresos de este negocio, sí se incluye a las prostitutas que trabajan en pisos y, por supuesto, en las calles. Así, todo el colectivo da a ganar unos 18.000 millones de euros cada año a la patronal de la prostitución. Una cantidad que, extrapolada a las Islas, se estima que podría rondar los 750 millones de euros.


Cifras todas que, a juicio de la patronal, por sí solas justifican la urgencia de regular esta actividad.

Limbo legal. La patronal de locales de alterne lleva muchos años reivindicando una legislación para la actividad de la prostitución, sin que hasta ahora hayan obtenido ninguna respuesta positiva.


«Estamos en lo que se llama un limbo legal y los empresarios vivimos con el peligro constante de que en cualquier momento, según la interpretación que se haga del actual Código Penal, nos detengan», señaló José Luis Roberto. «Estos crea en los propietarios una inseguridad jurídica que hace que sea imposible llevar un negocio. Vivimos de una profesión legal para la que no hay leyes y, por tanto, no tenemos ningún derecho. Es absurdo. O que se prohiba o que se regule».


De este modo, Roberto aseguró que a los empresarios de la prostitución sólo les queda un único camino. «Vamos de cabeza hacia la economía sumergida y el oscurantismo, porque una cosa es segura con la prostitución no se podrá acabar jamás».

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