domingo, 9 de noviembre de 2008

09.11.08 - 1.000 bodas ilegales en la Comunitat


La Policía Nacional ha desarticulado cinco redes de matrimonios de conveniencia en medio año
MARÍA GARDÓ| VALENCIA

Una boda es motivo de alegría. Lleva detrás meses de preparación: coordinar a los invitados, organizar el convite, las flores, los trajes o la ceremonia nupcial. Cuando se trata de los llamados matrimonios en blanco o de conveniencia, a la larga lista se añaden y se quitan algunos puntos.

Un total de cinco bandas dedicadas a establecer enlaces fraudulentos han sido desmanteladas durante 2008 en medio año en la Comunitat Valenciana. Entre todas llegaron a concertar cerca de un millar de bodas ilegales, según fuentes de la policía. Las redes, además de los detalles propios de una boda, tenían que preparar un largo formulario que los novios debían aprenderse, caracterizarlos, buscar invitados ficticios, y en ocasiones, hasta suplantar a uno de los cónyuges.

Las mafias ponían en funcionamiento una compleja escenificación de una boda con el sacerdote como único personaje real y totalmente ajeno a la trama. Algunos de las ceremonias tuvieron lugar en iglesias, donde el religioso daba la bendición a un matrimonio sin saber que los novios apenas se conocían.

Los contrayentes iban a la entrevista con la lección más que aprendida. Memorizaban detalles que una pareja corriente recuerda con facilidad como "¿dónde se conocieron?, ¿cuál fue el primer regalo que se hicieron mutuamente? o ¿cómo fue su primera cita?"

Desde el primer encuentro de la pareja hasta la celebración del matrimonio todo corría a cargo de los delincuentes. Las bandas tramitaban toda la documentación necesaria, desde partidas de bautismo hasta los documentos de identidad.

Hace medio año se produjo la desarticulación de la primera red de bodas de conveniencia. Desde entonces, cinco han sido las organizaciones que han caído en la Comunitat Valenciana a manos de la Policía Nacional, la última de ellas el pasado mes de septiembre en Elche.

La Fiscalía y la Policía Nacional tuvieron conocimiento de la existencia de matrimonios fraudulentos tras detectar diversas uniones entre mujeres de etnia gitana y ciudadanos africanos y de la India. En esta última operación, la policía detuvo a dos mujeres como supuestas cabecillas de la banda. Junto a ellas también apresó a cuatro hombres, implicados en la organización de los matrimonios ficticios.

La primera de las mafias cayó a mediados del mes de abril, con el arresto de 13 personas. La red llevaba años operando en todo el territorio nacional. Incluso recibía encargos de extranjeros residentes en Holanda para celebrar los matrimonios fraudulentos, por los que cobraban hasta 14.000 euros.

Un mayo, la Policía Nacional detuvo a 19 miembros de otra red que, desde Valencia y Castellón, planificaron hasta 300 de estos matrimonios blancos. Sin comparecer en su propio enlace, una persona extranjera podía conseguir los papeles casándose con un ciudadano español, previo pago de 10.000 euros.

Se dio un caso en el cual los miembros de la banda llegaron a usurpar identidades de personas cuya documentación robaron. Por ello hubo quien contrajo matrimonio sin saberlo, debido al elevado número de usurpaciones de estado civil que la policía pudo constatar. Alguno de estos casados por sorpresa llegó a recibir la carta de su supuesto cónyuge agradeciéndole los servicios prestados.

Cuatro hermanas de entre 21 y 30 años lideraban esta organización delictiva, que llegó a ofrecer 5.000 euros a mujeres sin recursos por casarse con un extranjero. Las propias líderes obtenían documentación falsa o robada y luego ellas mismas se hacían pasar por novias. Un vigilante de seguridad les proporcionaba los documentos.

Un mes después, de nuevo la provincia de Castellón fue escenario de la detención de 21 individuos, entre ellos dos menores de edad, acusados de concertar 400 matrimonios de conveniencia.

La organización fijaba bodas entre ciudadanos españoles y extranjeros, procedentes en su mayoría de Nigeria, para que estos últimos obtuvieran la nacionalidad de manera ilegal. Durante la investigación de este caso, la Policía Nacional llegó a conocer situaciones en las que personas españolas se ofrecían para casarse con un extranjero. Cobraban 3.000 por dejar la soltería.

La organización localizaba parroquias en las que el control para casarse fuera menor. Así, numerosas iglesias de la Comunitat Valenciana, Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Aragón, Cataluña, Murcia y Andalucía fueron escenario de bodas engañosas durante unos nueve años.

La red desmantelada gestionaba la documentación exigida para la celebración de las uniones, en las que no faltaban ni padrinos ni invitados interpretando su papel. Eran actores de una enmarañada trama con la que burlar la normativa de extranjería y llegar a la Comunitat Valenciana con los papeles en regla.

También en el mes de junio, la policía desarticuló en Valencia otra red de matrimonios falsos cuya investigación tuvo su origen en las conversaciones intervenidas a un subinspector de policía de Torrejón de Ardoz. En la operación, bautizada como Rosales, la policía detectó hasta 30 matrimonios falsos.

En julio, la Policía Nacional desmanteló otra mafia. Era dirigida por un traficante de drogas buscado por la justicia al estar pendiente su ingreso en prisión. En sus actividades llegó a organizar, junto a otros miembros de la banda, más de un centenar de matrimonios ilícitos en diferentes municipios de Alicante, Madrid y Baleares.

En este caso, la organización captaba inmigrantes ilegales, principalmente subsaharianos, a los que cobraba cuantiosos importes para proporcionarles documentos falsos. El presunto líder fue localizado y detenido en Alicante.

sucesos@lasprovincias.es

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