
CARLOS HIDALGO | MADRID
La violencia machista se cobró ayer una nueva víctima mortal en la región, y ya van diez en lo que va de año. Ocurrió en Villanueva de la Cañada, en una finca situada en el Camino del Palancar, en la urbanización La Raya del Palancar. La víctima, Cristina, de 65 años y origen alemán, fue abordada por su marido por la espalda mientras preparaba la comida en el porche de su chalé. Hoy se celebraba la vista en la que el matrimonio, que llevaba unos meses separado, firmaría el divorcio.
El matrimonio, que tenía una hija en común de unos 30 años llamada Nati, llevaba tiempo de mala convivencia. Un vecino y guarda del coto con el que linda la finca donde ocurrieron los hechos, Ramón, explicó que él tenía constancia de los malos tratos que venía sufriendo Cristina. «Estoy harta. Me quiero separar», le dijo en más de una ocasión.
El matrimonio ya estaba jubilado, después de haber regentado un bar. En la actualidad, Cristina residía en la finca, que era la segunda vivienda familiar. El marido, después de la separación, se había quedado a vivir en un piso del barrio madrileño de Campamento.
Ayer, a las siete menos veinte de la tarde, el presunto homicida, de 66 años, español y cuya identidad no ha sido facilitada por la Guardia Civil, que investiga el caso, se presentó en el cuartel de la vecina localidad de Brunete. El agente que le atendió, en un principio, no observó nada extraño. El acusado afirmó:
—«He tenido un problema con mi mujer».
—«¿Qué le pasa? ¿Está enferma?», inquirió el funcionario.
—«No. He discutido con ella».
El agente le interrogó:
—«¿Le ha pegado o le ha hecho algo?».
—«La he acuchillado».
—«¿Pero está grave? ¿La ha matado?».
—«Sí, creo que ha muerto».
A partir de ese momento, el puesto de Brunete se puso en contacto con el de Villanueva de la Cañada, que desplegó a sus efectivos hasta el lugar del homicidio.
Cuando los agentes llegaron, hallaron el cadáver de Cristina con numerosas cuchilladas por el tórax, el abdomen y la espalda, a la altura de la axila. Sin embargo, según precisaron fuentes de Emergencias Comunidad de Madrid, la mortal y, probablemente la primera que recibió, fue una en el cuello, que la degolló. Los sanitarios del Summa-112 nada pudieron hacer por la víctima.
Fuentes de la investigación indicaron a ABC que el detenido llegó a la vivienda, para lo cual hay que franquear la puerta de entrada a la finca y adentrarse decenas de metros. Cristina se encontraba preparando la comida en el porche, cuando su marido, presuntamente, la acuchilló por la espalda. Luego, cubrió el cadáver con unos plásticos y un paraguas.
La Guardia Civil, además, sospecha que pasaron al menos tres horas entre los hechos y la personación del individuo en el puesto de Brunete. Es más, al parecer, el presunto homicida se habría duchado después de cometer el crimen, pues el aspecto que presentaba, pese a la cantidad de cuchilladas que habría propinado a su mujer, era totalmente aseado, indicaron las fuentes consultadas.
Eso sí, el Summa tuvo que enviar un Vehículo de Intervención Rápida al cuartel de Villanueva de la Cañada para tratar al detenido por una crisis de ansiedad.

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