
Sucesos
El conductor ocultaba las dosis de cocaína en un escondite debajo su asiento
J. A. MARRAHÍ| VALENCIA
Taxista y traficante, todo en uno. La Policía Nacional ha detenido en Valencia al conductor de un taxi que presuntamente utilizaba este vehículo para un doble negocio: por un lado llevaba a personas de un punto a otro de la ciudad, lo propio de su profesión. Pero en los ratos libres, la droga era su sustento. Vendía estupefaciente que ocultaba en el transporte público.
El arresto del sospechoso se produjo a las siete y media de la tarde del lunes, en la calle San Vicente de la ciudad. Agentes del grupo de motos del Cuerpo Nacional de Policía observaron a un taxi que circulaba "a gran velocidad y con la señal de ocupado, pese a que no llevaba a ningún pasajero", indicaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía.
Los funcionarios policiales le dieron el alto e identificaron al conductor, un hombre de 45 años de origen español. En un hueco situado debajo de su asiento encontraron 22 envoltorios que contenían cocaína. Además, los agentes le intervinieron varios teléfonos móviles, agendas electrónicas y 2.115 euros en metálico. Esta cantidad estaba repartida en billetes de 10 y 20 euros.
Ante estas evidencias, el sospechoso fue arrestado como presunto autor de un delito contra la salud pública. El detenido, sin antecedentes policiales, ya ha sido puesto a disposición judicial.
En otra operación antidroga desarrollada por la Policía Nacional en Valencia han sido arrestados tres traficantes que escondían droga en la torre de un ordenador personal, según informaron las mismas fuentes. El aparato estaba en un locutorio desde el que presuntamente se vendía droga.
Nervioso al ver a la policía
Los hechos ocurrieron sobre las diez de la noche del martes. Una patrulla de seguridad ciudadana que vigilaba las calles del distrito de Patraix observó a una persona "en actitud vigilante" en la puerta de un locutorio. Al detectar la presencia policial, "se metió precipitadamente en el local", explicó la policía.
Los agentes lo siguieron hasta el interior del establecimiento. Allí comprobaron que estaba al fondo del local, junto a otros dos colegas. Manipulaban nerviosamente una torre de ordenador de la que sobresalían varios paquetes sospechosos, añadieron desde la Jefatura. Estos extraños bultos resultaron ser "varias piezas de distintos tamaños envueltas en un papel transparente con hachís".
Los policías localizaron más envoltorios de las mismas características y un trozo de cocaína escondidos en el interior de una mochila. Al registrar a uno de los sospechosos, los agentes encontraron 1.250 euros en metálico, presuntamente procedente de la venta de droga a algunas de las personas que acuden diariamente al locutorio.
En total, la Policía Nacional se incautó de algo más de cinco kilos de hachís y nueve gramos de cocaína, además de cinco teléfonos móviles cuya procedencia está siendo investigada.
Uno de los tres detenidos tiene antecedentes policiales. Todos ellos están acusados de un delito contra la salud pública y ya han sido puestos a disposición judicial. La policía investiga ahora quién les pasaban la droga con la que presuntamente traficaban en el locutorio.

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