viernes, 18 de julio de 2008

Hasta la fecha la justicia sólo ha conseguido 46.438 euros de los etarras para indemnizar a todas sus víctimas



Redacción MD | Bilbao | 17 Julio, 2008 |

Según los datos del Ministerio del Interior recogidos por la Fundación de Víctimas del Terrorismo, el Estado ha abonado a las víctimas del terrorismo más de 430 millones de euros en concepto de indemnizaciones y como responsable civil subsidiario de los daños provocados por los etarras entre 1975 y 2006, ambos inclusive.

Pero de los asesinos y torturadores no se ha conseguido un duro. Y ello a pesar de que el Estado se ha personado en más de 400 sumarios desde la aprobación de la Ley de Solidaridad, pero sólo ha conseguido realizar tres embargos a condenados por terrorismo: al etarra Gotilla Unzurrunzaga, primer miembro de ETA expulsado de Uruguay, el GRAPO Félix Novales Gorbea, condenado en 1981 y que se arrepintió de sus crímenes durante su estancia en prisión y ahora al etarra Candido Aspiazu Beristain, uno de los asesinos de Ramón Baglietto.

Al etarra José María Gotilla Unzurrunzaga se le embargaron participaciones por valor de 12.000 euros, aunque, finalmente, la subasta que se celebró en Vitoria quedó desierta por falta de postores. Difícilmente nadie ajeno a la banda terrorista se va a atrever a pujar por los bienes de ninguno de sus miembros.

Tan solo en el caso del etarra Candido Aspiazu Beristain, uno de los asesinos de Ramón Baglietto, se ha podido sacar algo de dinero. 46.438 euros de la subasta de la cristalería que abrió con su mujer en los bajos del edificio donde vive la viuda de su víctima, Pilar Elías. En este caso fue la esposa de la alimaña etarra quien participó y adquirió en subasta pública de los bienes embragados por la justicia a su esposo.

Lo más sangrante es que los asesinos que eluden el pago se sus responsabilidades pecuniarias colocándose en situación de insolvencia son financiados, como ha demostrado el caso de De Juana Chaos, por las organizaciones de familiares de presos etarras, que a su vez se financian con dinero público procedente de las subvencione y ayudas que el gobierno vasco les concede.

Ene efecto, la casa de De Juana Chaos era de su madre, fallecida el 27 de enero de 2007, quien se la donó en vida a su hija y ésta, a su vez, se la vendió a la esposa del etarra, Irati Aranzabal, que está pagando la hipoteca de 360.000 euros con los fondos que cobra de una de estas asociaciones dedicadas a atender a los asesinos etarras encarcelados

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