martes, 3 de junio de 2008

03-06-08- Polémica artificial por las medidas de control de los gitanos en Italia


Polémica artificial por las medidas de control de los gitanos en Italia
Redacción MD | Bilbao | 2 Junio, 2008

Los campamentos gitanos son un foco de delincuencia y marginalidad en Italia, asociados al tráfico de drogas, robos, asaltos, según ha declarado el número dos de Ministerio de Interior, Alfredo Mantovano. Por ello el gobierno Berlusconi ha decidido hacerlos desparecer de las principales ciudades del país, donde las quejas de los vecinos eran constantes, dotando de poderes extraordinarios a los delegados gubernativos (prefectos) de Roma, Milán y Nápoles para resolver “la emergencia gitana”. La ordenanza habilita a los comisarios a “censar, realojar, alejar o expulsar”, ya sea “por vía administrativa o judicial”, a los ciudadanos de etnia gitana que viven en campamentos en estas ciudades.

La medida se adopta tras los graves incidentes acaecidos en Nápoles, donde una turba de ciudadanos enfurecidos incendió 5 campamentos gitanos, en su mayoría procedentes de Rumania, tras el intento de secuestro de un bebe por parte de una mujer de dicha etnia. “Los gitanos comunitarios tienen que respetar las reglas impuestas por Europa: fuentes de renta lícita y residencia”, añadió Mantovano, miembro de Alianza Nacional y secretario de Estado de Inmigración en el último Gobierno Berlusconi. “Los gitanos que no respeten esas reglas serán expulsados”.

Se calcula que en Italia residen 152.000 gitanos, de los cuales tan sólo el 37 % tiene nacionalidad italiana, residiendo ilegalmente la mayoría de los restantes. Por ello el gobierno ha impulsado la elaboración de un censo de los habitantes de los campamentos, para conocer cuántos hay en cada provincia y saber “quién está adentro”. Estas medidas han sido duramente atacadas por los medios “progresistas”, que las han presentado como una especie de deportación por motivos raciales, omitiendo que se dirige contra los inmigrantes ilegales de etnia gitana provenientes principalmente de Rumania.

En realidad los prefectos podrán “desmantelar campamentos ilegales, cambiarlos de lugar”, “tomar medidas para la evacuación y recuperación de las áreas ocupadas por los asentamientos”, y adoptar “medidas para la integración de los gitanos, la escolarización de los menores y la garantía sanitaria”. Es decir, se trata de hacer cumplir la ley, expulsando a los inmigrantes ilegales, y de integrar a los gitanos de nacionalidad italiana o que residían legalmente en suelo italiano, y en modo alguno de racismo, como pretenden ciertos profesionales de la demagogia y la manipulación.

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