martes, 3 de junio de 2008

03-06-08- El presidente de la Asociación de Policía Local, condenado por agredir a su ex novia


santander

Cuando ocurrieron estos hechos, el agente municipal atendía a las mujeres maltratadas en el servicio de atención del Ayuntamiento de Santander
La Audiencia de Cantabria ha condenado al presidente de la Asociación de la Policía Local de Cantabria, Juan José G. O., a 115 días de trabajos en beneficio de la comunidad y multa de 90 euros como autor de tres delitos de violencia de género, que perpetró en septiembre del año 2004 cuando estaba destinado en el servicio de atención a la mujer maltratada del Ayuntamiento de Santander. El agente fue apartado del servicio cuando se produjo la denuncia, pero permanece en activo como policía.

La sentencia le condena también a cuatro años y un día de privación de las armas y le prohíbe acercarse a la víctima durante los próximos dos años. Además tendrá que pagar 333 euros de indemnización a la mujer.

La resolución judicial dictada por la sección tercera de la Audiencia de Cantabria es firme. Ahora, el Ayuntamiento de Santander podría abrir un expediente sancionador al condenado.

Los hechos se produjeron cuando la mujer decidió terminar la relación afectiva que mantenía con el policía y éste no lo aceptó. Según declara probado la sentencia, los hechos ocurrieron los días 28 y 29 de septiembre de 2004. Sobre la una de la madrugada del primer día, el agente esperó que la víctima, con quien había mantenido una relación sentimental que finalizó dos años antes, salía de un restaurante de El Sardinero, en Santander, y le exigió que le siguiera en su coche porque quería hablar con ella. Ante la negativa de la mujer, el policía le dijo que si se marchaba estrellaría su vehículo contra ella. Ante la amenaza, la víctima accedió y le siguió en su coche hasta el descampado cercano al Palacio de Deportes, donde ambos se bajaron de sus vehículos. En el curso de la conversación, el acusado propinó a la mujer puñetazos en diversas partes del cuerpo, al tiempo que la agarró por el cuello obligándole a decir que era «una puta». Tras dejarla marcha, la víctima se dirigió a su domicilio en Muriedas, hasta donde el policía local la siguió.

Sobre las once de la mañana siguiente, el acusado se personó de nuevo en la vivienda con la intención de acceder al interior. Como su ex compañera se negó a abrirle la puerta, el acusado forzó la persiana para intentar entrar por la ventana. La víctima, para evitar mayores daños, le franqueó la puerta y le permitió entrar. Una vez en el interior, el agente le pidió varios efectos personales y, al negarse la mujer a la entrega, el acusado empezó a tirar los libros, cuadros y partituras para posteriormente agarrar a la mujer por el cuello y golpearla contra la pared.

Esa misma tarde, el policía llamó por teléfono a su ex compañera sentimental para que le entregara una carpeta, acordando encontrarse en una calle próxima a la vivienda. Una vez allí, el agente le pidió los teléfonos de las personas con las que había hablado y después la golpeó otra vez contra el coche. El 1 de octubre de ese mismo año el juez dictó una orden de protección y prohibió al acusado acercarse a la mujer. Se da la circunstancia de que en el momento de producirse los hechos, el agente estaba destinado en la oficina de atención de violencia de género del Ayuntamiento de Santander. El Juzgado de lo Penal número 2 condenó al policía local como autor de dos delitos de violencia sobre la mujer, pero la Audiencia entiende que los delitos cometidos son tres.

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