


Madrid, torre de Babel de la delincuencia
Más de 2.000 delincuentes peligrosos se pasean por Madrid. Están organizados, en más de 100 bandas, por grupos étnicos y tipo de delito: robos a chalés y joyerías, butrones, drogas, ajustes de cuentas...
Los rostros del hampa madrileña
Cada nacionalidad marca su territorio:
Españoles: butrones y drogas | Colombianos: ajuste de cuentas | Rusos: blanqueo de dinero | Magrebíes: pequeños hurtos | Chilenos: los más violentos | Subsaharianos: menos violentos | Rumanos: trata de blancas | Chinos: documentación falsa
Madrid se ha convertido en una torre de Babel convulsionada por la violencia de delincuentes de todas las nacionalidades y etnias: españoles, colombianos, rusos, rumanos, búlgaros, chilenos, chinos, magrebíes... En total, más de 100 bandas.
Son asesinos, atracadores, sicarios, narcotraficantes, extorsionadores, secuestradores... Lo mejor de cada ramo o clan. ¿Su número? Dos mil. Tres mil. La policía, incluso, tiene dificultad para censarlos, porque crecen como esporas y se organizan en la capital en más de un centenar de bandas. Lo que hace más difícil su detención.A finales de 2000 existían en España más de 200 grupos de delincuencia organizada con más de 6.000 integrantes, según un informe del Ministerio del Interior. Los más violentos se concentran y actúan en Madrid. Hace un año, la policía y la Guardia Civil desarticularon 37 bandas especializadas en robos de pisos.
Según datos de la Fiscalía General del Estado, fueron detenidas 147.154 personas, un 2,2% más que en el año anterior. En ese mismo año se cometieron 671.249 delitos, de los cuales 582.212 fueron contra el patrimonio. Además, a esa cifra hay que sumarle 641.109 faltas relacionadas con robos y hurtos.
Despues, la delincuencia creció en Madrid un 12 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Ese crecimiento supone casi el doble de la media nacional, según datos de Interior. Comparada a otras comunidades autónomas, Cataluña creció un 2,8%; Andalucía, un 1,8% y la Comunidad Valenciana, un 12,8%. En Madrid se produjo un asesinato cada cinco días, una sustracción de coche cada 25 minutos, un atraco callejero cada 12 y un robo cada 4.
Los expertos calculan que en estos momentos, entre organizaciones de atracadores y narcotraficantes, se mueven por las calles de Madrid más de 100 sicarios dispuestos a apretar el gatillo con una simple orden. Lo tienen fácil, pues conseguir una buena pistola cuesta en el mercado negro unos 600 euros y contratar un asesinato unos 4.000. El dato fue obtenido por un periódico nacional de un delincuente que ha acudido a estos servicios. Para contratar a un asesino no hace falta cruzar el Atlántico: los mejores asesinos a sueldo proceden de los países del Este.
Los delincuentes crecen como esporas y se organizan en la capital en más de un centenar de bandas
Cada etnia que sobrevive en la torre de Babel de Madrid se organiza y especializa en un tipo de actividad delictiva. El código del hampa aconseja no interferir en la zona de la banda vecina. La conculcación de esa norma no escrita se paga con la muerte. De ahí esa cifra tan elevada de homicidios y ajustes de cuentas en la capital. En 2001, se cometieron en Madrid 96 asesinatos de los que 69 eran extranjeros. Veintinueve se debieron a ajustes de cuentas y la policía logró esclarecer 50. El año pasado, se produjeron 75 muertes violentas, de las que 15 fueron cometidas por sicarios. La policía logró resolver 52. El móvil casi siempre estuvo ligado al tráfico de drogas y blanqueo de dinero.
LOS ROSTROS DEL HAMPA MADRILEÑA
IVÁN LLORRENTE LIÉBANA, 31 AÑOS. MADRILEÑO. DIEGO ANÍBAL C.B., 17 AÑOS. COLOMBIANO.
Iván Llorente Liébana, un madrileño de 31 años, fue acribillado a balazos en Motril (Granada), en junio pasado, en un ajuste de cuentas entre bandas de delincuentes. Llorente recibió su propia medicina. Pertenecía a la banda más poderosa de Madrid y se había refugiado en la costa granadina para escapar de las amenazas de algunos miembros de su propia organización. Él mismo era el brazo armado de la organización más activa de la capital. Un tipo violento y con instinto criminal: cinco secuestros, narcotráfico, palizas, ajustes de cuentas. Además, controlaba un sector en auge en el negocio de la noche madrileña: el de matones de discotecas.
Diego Aníbal C. B, colombiano, 17 años. Nombre de guerra: Chucky, como el protagonista de la película El Muñeco Diabólico, pero mucho más violento. Líder de una banda que asaltó más de 20 bares y locutorios telefónicos regentados por paisanos suyos, desde enero se especializó en asaltos a chalés de lujo, principalmente en la zona de Aravaca. Cometía los atracos de noche, mientras dormían sus propietarios, con una violencia gratuita. Tuvo en jaque a la policía hasta que fue detenido en abril pasado. Está entre rejas, pero pronto volverá al asfalto.
ALBERTO S.G. Y DAVID F.J. 24 AÑOS. ESPAÑOLES. ÁNGEL DEL AMOR P.M. 22 AÑOS. CHILENO.
Alberto S. G y David F.J. son dos jóvenes españoles de 24 años expertos en alunizajes (lanzar un automóvil contra un escaparate y llevarse la mercancía), sobre todo a perfumerías. Están en la cárcel por descuartizar y guardar en una cámara frigorífica las decenas de trozos del cadáver de un joven. Todo a causa de una vendetta por el reparto de un botín. La policía encontró la sierra eléctrica con la que trocearon el cuerpo del muerto.Un reflejo de los ajustes de cuentas entre miembros de bandas.Sus compañeros de banda siguen en libertad.
Angel del Amor P.M, El Sabonis. 1,93 metros y 120 kilos de violencia sin freno. 22 años. Chileno. Ex cabeza rapada. Está en el negocio de los cogoteros -quienes roban por la espalda, por el cogote- desde los 15 años. Especialista en agresiones y robo con intimidación.Pertenece a la banda más violenta de Madrid. «Una mala bestia», según sus amigos. Arrolló a un policía con su automóvil y se enfrentó a tiros con los agentes en una refriega en la que se dispararon 300 tiros. Está en libertad por un fallo legal.
ELVIS MONTOYA. 19 AÑOS. COLOMBIANO. VLADIMIR P. 35 AÑOS. KOSOVAR.
Elvis Montoya. 19 años. Sicario. Fue contratado en Bogotá para un ajuste de cuentas, eufemismo de asesinato a sangre fría. Llegó a Madrid a finales de septiembre con el dinero justo para vivir y con el billete de vuelta cerrado. Un compatriota le dejó una pistola para llevar a cabo la acción. Pero, finalmente, el objetivo, otro compatriota que no había pagado un pequeño cargamento de droga, rectificó y abonó los 20 millones de la operación. La ejecución se suspendió;Montoya sigue suelto por las calles de Madrid. Se ha unido a una banda de asaltachalés y no piensa volver a Bogotá.
Vladimir P. Kosovar de 35 años. Vive en Madrid desde hace cuatro.Es miembro en el exilio de la organización Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), que lucha por la independencia de esta región balcánica. Es uno de los mejores especialistas en atracos a naves industriales. Forma parte de una banda que actúa como comando militar. Sus miembros se organizan con disciplina y orden castrense y destinan parte del dinero de los atracos a la financiación de la guerrilla. Está en libertad.
CADA PAÍS MARCA SU TERRITORIO
Españoles: butrones y drogasLos españoles dominan la faceta de cobro a morosos, palizas y seguridad de discotecas y bares nocturnos. La mano de obra procede de un gran número de gimnasios repartidos por la ciudad. A la violencia se le une la ideología ultra. Los grupos están compuestos por gente muy joven, sin antecedentes. Pertenecen a familias de clase media y no se han criado en barrios marginales como Las Barranquillas o Pozo del Huevo.
Los delincuentes nacionales también controlan el negocio del narcotráfico, la sustracción de vehículos y los atracos selectivos a entidades bancarias, como son los butrones. En el mundo de las drogas dirigen el mercado de las pastillas de éxtasis.
Un buen número de expertos españoles facilitan a los delincuentes extranjeros cobertura jurídica y una estructura de sociedades instrumentales para canalizar el dinero sucio.
Colombianos: ajustes de cuentas
En esa economía de mercado, controlada por las bandas, después de los españoles destacan los colombianos. En Madrid hay censados 67.556 ciudadanos de esa nacionalidad, aunque la cifra es mucho mayor por el gran número de ilegales. Estos se han especializado en robos: chalés de lujo, joyerías, locutorios telefónicos y bares. Además, dominan el negocio de la droga y son los primeros en crímenes.
Los cementerios están llenos de colombianos, asesinados por sus compatriotas a sangre fría. Los colombianos también son más numerosos y practican los robos más espectaculares y violentos.Como cuando un atracador disparó a un niño en una pierna, ante la presencia de sus padres, y después lo ató a una silla y dejó que se desangrara.
Cada grupo especializado en el asalto a chalés, según las investigaciones policiales, está formado por unas cinco personas de entre 20 y 30 años. Sus miembros suelen ser colombianos y rumanos. Las mujeres adquieren un gran protagonismo en la organización. Se dedican al control de los pisos o joyerías.
Los ladrones de viviendas con violencia son difíciles de seguir porque están en España sin papeles y porque habitan en viviendas que no han sido alquiladas por otros compatriotas. Por lo general, utilizan a conciudadanos sin antecedentes para contratar los pisos y ellos les realquilan las habitaciones. De esa forma, difícilmente pueden ser localizados por la policía.
Rusos: blanqueo de dinero
Los rusos carecen de clanes en Madrid. Están organizados en un nivel más alto. Utilizan la capital para operaciones financieras y para blanquear su dinero. Residen en zonas de la costa y participan en negocios inmobiliarios. Los ajustes de cuentas sólo se producen entre ellos.
Magrebíes: pequeños hurtos
Los magrebíes se dedican a pequeños hurtos de dinero y documentación, principalmente a turistas orientales. También se mueven en el trapicheo de hachís y otros estupefacientes. Son menos violentos que los sudamericanos. No hay ajustes de cuentas entre ellos, pero sí homicidios por discusiones y reyertas. No van armados y utilizan armas blancas en las peleas. Actúan en las proximidades de restaurantes y hoteles donde suelen acudir los turistas nipones. No se conforman con las cámaras de fotos y vídeo, sino que para ellos el botín más preciado son los pasaportes. En Madrid, existe un gran mercado negro de documentos falsos para chinos ilegales.
Chilenos: los más violentos
Los chilenos, catalogados en el submundo del hampa como los más violentos, se han centrado en la especialidad denominada cogoteros.Se llaman así porque asaltan a los ciudadanos por la calle, aproximándose por detrás, por el cogote. De ahí, la expresión. Se reparten los asaltos a chalés en áreas residenciales.
Subsaharianos: menos violentos
Los subsaharianos controlan el negocio de la falsificación del CD y, últimamente, del DVD. Estos compactos se pueden adquirir en cualquier salida de metro o lugares próximos a los grandes centros comerciales. En estas bandas también participan ciudadanos españoles. No son violentos y también se dedican al menudeo de droga en el centro.
Rumanos: trata de blancas
Los rumanos y otros ciudadanos procedentes de los países del Este se han centrado en los negocios de la trata de blancas, la extorsión, robos de coches y de cabinas telefónicas. El saqueo de cabinas ha supuesto a Telefónica unas pérdidas de 18 millones de euros en toda España. En el negocio de la prostitución, las jóvenes procedentes de Rumania, país que ingresará en la Unión Europea en el 2007, son ya mayoría en los burdeles de la capital. Según fuentes policiales, la mayoría de las jóvenes ya ha ejercido la prostitución en su país de origen.
Los búlgaros se han especializado en el robo de vehículos de lujo y gran cilindrada. El año pasado los cacos sustrajeron en España 153.000 automóviles, de los que se pudo recuperar el 70%.Los búlgaros están secundados por españoles y polacos, principalmente.
Un pequeño sector de la comunidad búlgara se ha asociado con los kosovares para desmantelar naves en polígonos industriales: mercancías o dinero de las cajas fuertes. Son unos verdaderos expertos y la policía encuentra dificultades para dar con ellos. Sobre todo, porque tienen mucha movilidad. No sólo trabajan en Madrid, sino que se desplazan a otras zonas de España.
Chinos: documentación falsa
Los chinos son los que ocasionan menos problemas de orden público. Se han especializado en documentación falsa. Canalizan la documentación sustraída a los turistas japoneses y coreanos.
En esa enorme torre de Babel no faltan ciudadanos de otros países europeos como holandeses, británicos, franceses e italianos, relacionados principalmente con el negocio del narcotráfico. En la colocación en el mercado de grandes partidas de hachís y cocaína. El consumo de la heroína ha descendido y los turcos, quienes controlan este mercado, sólo se dedican a grandes cargamentos. El menudeo está en manos de gitanos y subsaharianos.
Los delincuentes también se organizan por barrios. Los colombianos y ecuatorianos montan los domingos, en el parque de Pradolongo, un mercadillo. Las zonas de Tetuán y Cuatro Caminos están controladas por colombianos y magrebíes. Estos son mayoría en Lavapiés.

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