viernes, 2 de mayo de 2008
Indignación entre los atuneros por la decisión del Gobierno de no tomar represalias contra los secuestradores del “Playa de Bakio”
Los pescadores están que trinan, y lo comentan. Consideran que el Gobierno debió actuar con contundencia contra los secuestradores del “Playa de Bakio”, el atunero capturado por piratas en aguas internacionales y liberado seis días después tras el pago de un rescate.
"Desgraciadamente, en África estos comandos sólo entienden un lenguaje, que es el que aplicó Francia", destacan en fuentes de sector, en referencia a la reacción de Sarkozy con el secuestro de un velero francés. Los propietarios del barco pagaron el rescate para liberar a los 30 tripulantes secuestrados, pero el dinero estaba marcado y un comando especial de la Gendarmería capturó después en Somalia a seis de los piratas y se los llevó a Francia para juzgarlos.
"Aquí hay dos modelos a seguir, y está claro que el español nos deja al descubierto. A partir de ahora los piratas y todo aquel que se quiera enriquecer irá a por nosotros hasta con chalupas", sentencia una fuente pesquera . Los piratas no sólo secuestraron a la tripulación del “Playa de Bakio”, sino que cometieron ese delito en suelo español: el barco navegaba en aguas internacionales, donde cada país es responsable de su bandera.
En fuentes comunitarias no salen de su asombro por la ausencia de represalias de España contra los secuestradores tras el costoso despliegue de medios militares y de protección ordenado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La fragata “Méndez Núñez” ha abandonado la zona y no se plantea su regreso para capturar a los piratas.
“¿Qué habéis hecho los españoles? ¿Acaso no sabéis que os van a secuestrar aún más todavía?", preguntan asombrados los pescadores galos a sus colegas españoles.
España y Francia conforman la flota europea de pesca de listado y atún claro en el Índico, un caladero de extensión inmensa, ya que abarca desde las islas Seychelles al Cuerno de África. Los buques van en busca del atún, un gran migrador, de ahí que los armadores hayan ordenado a los capitanes que extremen las precauciones, huyan a la más mínima sospecha y, por supuesto, que ni se acerquen al área de Somalia. Pero los piratas secuestran ahora en aguas internacionales y disponen de lanchas rápidas, lanzagranadas y radares sofisticados para capturar los barcos con poca capacidad de huida, como los pesqueros.
Y aunque parezcan unos desarrapados, sus jefes suelen ser mercenarios europeos, ladrones de cuello blanco que negocian en despachos de abogados de la city londinense. Los propietarios del velero francés pasaron por la caja de Londres, según aseguran fuentes confidenciales galas . Y también ha habido negociadores británicos en el “Playa de Bakio”.
Los buques españoles conforman la élite de la flota europea, seguidos después por los franceses que, a pesar de ser menores en número, cuentan con protección militar francesa en el Océano Índico. Los atuneros franceses comunican sus posiciones a la flotilla de la OTAN que patrulla en esa área para impedir que Al Qaeda se haga con el control de esa zona, en especial del Estrecho de Madagascar.
La flotilla aliada -integrada por barcos de Francia, Estados unidos y Holanda- se concentra en su misión pero, al mismo tiempo, tiene un ojo puesto en los pesqueros que les comunican su posición. Los atuneros españoles no pueden comunicarlo a la flotilla de la OTAN, porque España no lo ha gestionado, y eso que llevan desde 2005 pidiendo ayuda al Gobierno de Zapatero. Ahora se han vuelto a quedar al descubierto.
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