jueves, 24 de abril de 2008

Dos años de encierro para un menor que apuñaló a un joven por un pique de tráfico

GRANADA
El chico, que reconoció ser el autor de la agresión sin necesidad de juicio, pagará trece mil euros a la víctima, que sufrió una herida que puso en peligro su vida

24.04.08 -
Dos años de encierro en un correccional por la comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa. Además, debe indemnizar con trece mil euros a la víctima.

F La petición: La Fiscalía solicitaba una condena de cuatro años, pero la rebajó después de que el chico admitiera su culpa.Un automovilista vuelve de madrugada a casa tras completar su jornada de trabajo y se ve involucrado en un incidente de tráfico que, aparentemente, no tiene mayor trascendencia. Un pique de tantos.

Minutos después, ese mismo joven mira con incredulidad y miedo la sangre que brota de su pecho: ha recibido una puñalada a escasos centímetros del corazón, una herida que puede matarle si no es atendido con prontitud.

Una disputa insignificante, y que, además, él nunca buscó, ha estado a punto de costarle la vida.

El destino depara a veces esas jugarretas. Es como una lotería inversa: se unen una serie de circunstancias que, por separado, serían inocuas. La mala suerte de cruzarte con un chaval, un menor de edad, que nunca antes había tenido problemas serios de conducta, pero que esa noche estalla.

El culpable del intento de homicidio -que esa es la calificación que dio al suceso la Fiscalía de Menores de Granada- ya ha sido juzgado y condenado. Cuando sólo han pasado siete meses desde que se produjo la agresión, el responsable del ataque ha comparecido ante el juez para pagar por lo que hizo.

Conforme

El muchacho -y es algo que va en su favor- nunca negó su responsabilidad y no cambió de criterio cuando le llegó la hora de sentarse en el banquillo de los acusados. No mareó la perdiz y se conformó con una pena de dos años de encierro en un correccional -el chico ingresó en el centro de reforma horas después del apuñalamiento y allí permanecerá hasta finales de 2009-.

La Fiscalía solicitaba cuatro años, pero redujo sus pretensiones por la confesión del chico.

El menor -o su familia- tendrá también que abonar a la víctima trece mil euros en concepto de indemnización.

El suceso ocurrió el pasado mes de septiembre en una carretera local del cinturón metropolitano de la capital. Eran aproximadamente las tres de la madrugada y un empleado de 27 años regresaba en coche a casa tras finalizar su jornada laboral. Lo normal.

Sin embargo, las cosas se iban a torcer a la vuelta de la siguiente curva. El conductor se topó con un ciclomotor ocupado por dos personas y que zigzagueaba en la oscuridad, según el relato de los hechos que elaboró la Fiscalía de Menores.

Entonces, el conductor hizo señales con las luces largas para advertir a los de la moto de su presencia. Instantes después, el coche adelantó a la temeraria pareja de motociclistas, que se colocaron a rueda del turismo. Era el inició una persecución que terminaría unos minutos más tarde.

Los ocupantes de la motocicleta, ambos menores de edad, lograron que el coche se detuviera ya en el casco urbano de una localidad del cinturón de Granada.

Grave riesgo vital

Uno de los chicos se acercó hasta la ventanilla del automóvil y comenzó a discutir con el conductor, que no se había apeado del vehículo. Entre tanto, el otro chaval se mantenía a distancia y pedía a su amigo que lo dejara estar. No le hizo caso y, tras abrir la puerta del coche, propinó una puñalada bajo la axila al joven que iba al volante del turismo. La hoja quedó a escasos centímetros del corazón. La víctima sufrió una herida que «puso en grave riesgo su vida». De no haber sido atendido con prontitud, habría fallecido. El joven, que estuvo diez días hospitalizado, tuvo fuerzas de perseguir a pie a su atacante a pesar de la pérdida de sangre.

Antes de escapar, el agresor rajó una rueda del coche de la víctima. El ahora condenado reconoció los hechos y dijo estar muy arrepentido. De hecho, es un muchacho normal que nunca había tenido problemas. Dijo que no entendía qué le había pasado.

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