sábado, 7 de febrero de 2009

ETA envía una remesa de cartas a esposas e hijos de empresarios


TERRORISMO
La banda les reclama cantidades de dinero que rondan los 200.000 euros

ÓSCAR B. DE OTÁLORA - BILBAO

Los terroristas tratan de aprovechar la conmoción por el asesinato de Uria
Los empresarios han denunciado el «goteo constante» de intentos de extorsiónLas fuerzas de seguridad han detectado una remesa de cartas de extorsión de ETA remitidas en los últimos meses a esposas e hijos de empresarios con el fin de extremar la presión para que paguen el denominado 'impuesto revolucionario'. En las misivas en poder de los expertos policiales se piden cantidades que rondan los 200.000 euros y se mencionan anteriores envíos de cartas.
Según las fuentes consultadas por este periódico, estos documentos sirven de recordatorio a quien se intenta extorsionar y siguen los plazos habituales que emplea la banda una vez que pone en marcha su maquinaria de presión. Tras las primeras misivas a los chantajeados, remite nuevos textos cada vez más amenazantes en el caso de que sus exigencias hayan sido desoídas. Para incrementar el miedo de los empresarios, cambia de destinatario y se dirige directamente a los familiares con el fin de aumentar la intimidación. Las mismas fuentes han señalado que las cartas que han sido examinadas por el momento no introducen ninguna novedad con respecto a anteriores escritos amenazantes.
Anagrama y sellos
En los textos aparece el código numérico con el que la banda identifica en sus misiva al chantajeado, así como el anagrama de la banda y los sellos que autentifican el envío. Como en todas sus misivas, recuerda a los extorsionados que deben ponerse en contacto con los «círculos habituales» de la izquierda abertzale para hacer efectivo el pago de la extorsión.
Para expertos de la lucha antiterrorista consultados por este periódico, esta remesa podría tener como objetivo aprovechar la inquietud que en el empresariado vasco ha causado el asesinato de Inaxio Uria, el 3 de diciembre del año pasado en Azpeitia. En este sentido, en el comunicado en el que la banda reivindicó el crimen se refirió a la condición de Uria como empresario que trabajaba en las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV), pero también mencionó que se había negado a pagar el 'impuesto revolucionario'.
La anterior campaña de presión por parte de ETA a la patronal fue denunciada por el empresariado navarro en septiembre de 2008. En esa ocasión, el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), José Manuel Ayesa, denunció que el número de cartas remitidas por la organización terrorista se había incrementando de manera notable. Las patronales de la comunidad foral y de Euskadi han reconocido en reiteradas ocasiones cómo el chantaje etarra ha aumentado en los últimos años hasta convertirse en un «goteo constante» de cartas de extorsión. Confebask, no obstante, ha señalado que el comportamiento de los empresarios está siendo «ejemplar» y no se someten al chantaje.
Para los responsables de la lucha antiterrorista, el aumento de los envíos evidencia de manera significativa una situación de cada vez mayor debilidad económica de la banda. Pero las mismas fuentes también reconocen que una ETA más pequeña como la actual necesita menos dinero para mantener su actividad.

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