martes, 6 de enero de 2009

Un joven viaja desde Teruel a Valencia con un explosivo que halló en el campo


Proyectil de guerra en el equipaje
T. BLASCO/J. A. M.| VALENCIA

Arroyofrío es un barrio del municipio turolense de Jabaloyas. Sólo tiene 10 habitantes, pero en tiempos de la guerra civil fue escenario de sangrientos enfrentamientos y está rodeado de trincheras. Encontrarse artefactos bélicos es algo muy común, pero lo que es menos habitual es cargarlo en el equipaje y llevarse de souvenir un proyectil de 28 centímetros de calibre 75 todavía con espoleta y con carga explosiva.

Esto es lo que hizo Daniel E. P., un joven valenciano de 22 años que había ido a esta zona de la Sierra de Albarracín a pasar unos días con su novia aprovechando las vacaciones de Navidad y Año Nuevo. Se ignora el punto y el momento exacto en el que se tropezó con esta pieza de artillería, pero lo cierto es que el joven, inconsciente de la peligrosidad de estos artefactos, la cargó en su equipaje y se la trajo de recuerdo a Valencia.

Una vez en la capital del Turia, Daniel mostró su hallazgo a sus progenitores. Fue entonces cuando descubrió que su recuerdo bélico de Arroyofrío podría no ser algo tan inocente. Su padre le abrió los ojos y le aconsejo que trasladara el proyectil a la policía, puesto que parecía estar intacto y conservar la carga explosiva.

Daniel, obediente y bien aconsejado, hizo caso a su padre. A las siete de la tarde del sábado, los agentes de la Policía Local que estaban de servicio en el retén de Benicalap recibieron estupefactos la visita del joven. Portaba, sin preocupación aparente, un artefacto explosivo similar a otros que han llegado a causar muertes accidentalmente.

Una vez que el proyectil quedó depositado en las instalaciones municipales, los agentes dieron aviso de inmediato a los Técnicos en Desactivación de Explosivos de la Policía Nacional. Los TEDAX se presentaron en el retén de Benicalap y lo retiraron para su destrucción.

Victorino Gómez es alicantino que tiene una casa en Arroyofrío, situado a varios kilómetros de Jabaloyas. Asegura que la zona está "plagada de artefactos explosivos como el que encontró Daniel". "Hay varias trincheras de la guerra civil y te puedes encontrar casquillos de bala, restos de botes de comida y otros enseres" de la contienda bélica. Pero no sólo eso. "Hace cuatro o cinco años me encontró con restos óseos de un soldado", añadió el hombre. "Aquí te puedes tropezar con granadas de mano tipo piña o proyectiles de mortero unos 30 centímetros de longitud".

Hace dos años, la afición de un hombre por coleccionar armamento le costó la vida. Un vecino de Paterna residente en Moncofa falleció en su vivienda del municipio castellonense al explotarle un proyectil de la guerra civil.

Sus familiares denunciaron su desaparición después de que el hombre faltase a su trabajo en la capital de La Plana. Tras una corta búsqueda, su mujer y su hermano le encontraron ya sin vida en la casa de Moncofa. La Guardia Civil acudió de inmediato al lugar y observó indicios de una explosión, al parecer por la manipulación de artillería de la guerra civil.

El fallecido tenía como afición la búsqueda de este tipo de artefactos para, posteriormente, desactivarlos y exponerlos en su domicilio. Los especialistas retiraron de la vivienda varias espoletas, iniciadores, una granada de mano desactivada, pólvora negra y una granada de mortero. Todo fue destruido de manera controlada.

En la Comunitat Valenciana, la Guardia Civil ha destruido en los últimos años centenares de piezas de armamento de tiempos de guerra. Los agentes aseguran que es "extremadamente peligroso" manipularlos y recomiendan alertar cuanto antes de su hallazgo a través del teléfono 062.

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