jueves, 15 de enero de 2009

El homicida de Paiporta amenazó en verano con matar a la joven asesinada y a su amiga


Sucesos
J. A. MARRAHÍ| VALENCIA

"En verano dijo que las iba a matar a las dos. Yo no creí que fuera cierto. Hasta me lo tomé a broma. No sabía qué clase de animal era este hombre". Son palabras del padre de Susana, la joven gravemente herida por las cuchilladas de Mohamed. No podía esperar que esas amenazas acabaran el domingo en una realidad tan amarga: Carolina, la amiga de su hija, cruelmente asesinada, y Susana, gravemente herida. El responsable del baño de sangre ocurrido el domingo en Paiporta, responderá hoy por estos hechos en un juzgado de Torrent, horas antes de que la víctima mortal reciba sepultura en Picanya.

Según explicó el progenitor de la joven herida, "el asunto no tiene nada que ver con violencia de género, porque no existía ningún tipo de relación entre el joven y Carolina". Aseguró que Mohamed "simplemente estaba obsesionado con ella y culpaba a mi hija Susana de no hacer posible la relación entre ambos".

Desde el pasado verano, Mohamed no se había vuelto a presentar en el café Samsara de Paiporta, en el que trabajaban Carolina y Susana. Pero antes había sembrado el temor con sus continuos acosos. "Mi hija tenía el teléfono móvil de un policía local amigo suyo por si regresaba, pero ya no acudió al local hasta el domingo", insistió el hombre.

Hoy está previsto que el presunto homicida declare, a partir de las nueve y media de la mañana, en el juzgado de instrucción número siete de Torrent, encargado del crimen. El homicidio se produjo a las puertas del café Samsara, situado en Paiporta, en el que trabajaban Susana y Carolina. Una vez detenido cerca de Valencia, el presunto asesino dijo a los agentes que acababa de llegar a la ciudad procedente de Murcia.

El municipio de l'Horta de donde era vecina la joven asesinada se unió ayer en la repulsa por el crimen. Alrededor de un millar de personas se concentraron a la una de la tarde en la plaza de España, frente a la sede del Ayuntamiento, en un emotivo acto en repulsa por el homicidio y en recuerdo de Carolina.

A las puertas del consistorio, había sillas para sus familiares más directos, que no podían aguantar de pie. La pena embargaba a su padre, Miguel, a su madre, María José, y a su hermana. También había primos y otros muchos allegados. Uno de ellos, Raúl, luchó como mejor pudo con la emoción para leer un escrito dirigido a Carolina ante los casi mil vecinos de Picanya que en ese momento llenaban la plaza.

"Aún conservo el último mensaje que me mandaste en Nochevieja. En él decías que deseabas que todos mis deseos se hicieran realidad, pero no ha sido posible. Jamás podía desear que un asesino te quitara la vida. Fuiste la última prima en llegar al mundo y has sido la primera en irte", fueron algunas de las palabras que Raúl le dedicó.

Junto a la puerta del Ayuntamiento había un cartel que rezaba: "Todas y todos somos Carolina". Justo debajo, un ramo de flores con una cinta en la que se podía leer: "En recuerdo de Carolina, del pueblo de Picanya". Al acto asistió también el alcalde de Picaña, Josep Almenar, y el de Paiporta, Vicent Ibor. El primero leyó un discurso en el que calificó el crimen de "execrable". "Cuando un hombre mata a una mujer, no sólo mata a esa mujer. Mata a la hija, a la madre, a la hermana y a la amiga de alguien", destacó el responsable municipal.


"Esto no tenía que pasar"
Después de los cinco minutos de silencio, el padre de Carolina, envuelto en lágrimas y con voz entrecortada, dio gracias a todos los asistentes al acto. Una prima de la joven asesinada aseguró que nadie entre sus familiares esperaba el trágico desenlace. "No nos esperábamos algo así. La queríamos muchísimo. Tenía 23 años y esto no tenía que pasar", lamentó. La joven víctima del homicidio será enterrada hoy en el cementerio municipal de Picanya, tras un funeral en la iglesia del pueblo.

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