sábado, 17 de enero de 2009

17.01.09 - El juez deja libre a uno de los jóvenes que disparó balines e interna al otro


Sucesos
"Están muy arrepentidos", asegura la abuela de uno de los arrestados junto a La Salud

J. A. MARRAHÍ/A. CHECA| VALENCIA

Los perdigonazos que en los últimos días han recibido algunos usuarios de la Casa de Salud ya tienen su respuesta judicial. El juzgado de instrucción 4 de Valencia ha dejado en libertad al joven de 18 años detenido por herir con un rifle de perdigones a dos personas en la entrada de urgencias de la Clínica de la Salud, en Valencia. No obstante, ha abierto una causa contra él por un delito de lesiones.

El otro detenido por estos hechos es un adolescente de 15 años, al parecer familiar del primero. La Fiscalía de Menores ha dictado su internamiento en un centro en régimen semiabierto, que significa que vivirá en el establecimiento pero podrá realizar actividades externas. Así lo indicaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana y de la Fiscalía.

La tranquilidad regresó ayer a las puertas de la clínica Casa de Salud, después de tres días en los que los balines causaron heridas a dos personas, alcanzaron a dos más y dañaron la entrada de Urgencias. La Policía Nacional arrestó a los dos jóvenes el jueves por la mañana, tras los reiterados avisos desde el centro sanitario, donde se había extendido la preocupación.

"La verdad es que están muy arrepentidos por lo que ha pasado", aseguró ayer la abuela de los menores, Francisca Marqués, visiblemente consternada. "Lo estamos pasando francamente mal con todo esto. Lo que han hecho es una gamberrada, pero ellos no son malos. Los rifles que usaron estaban escondidos antes de que los encontraran", detalló la mujer.

La madre de uno de los jóvenes trabaja en un quiosco. Pero ayer no estaba en el comercio. Al frente se hallaba una amiga de la familia. Tuvo que sufrir "la desagradable sensación de vender periódicos que recogían la noticia".

Al joven de 18 años, hijo de la dueña del quiosco, lo definió como "un niño estupendo, nervioso como cualquiera", si bien reconoció que lo que habían hecho es "una trastada". Aseguró que ahora "se ha dado cuenta". "¿Cómo está Mari?", le preguntaba ayer por la mañana una mujer a la amiga de la propietaria del quiosco. "Pues mal. ¿Cómo va a estar", contestaba resignada.

Los responsables de la Casa de Salud celebraron ayer la respuesta policial ante los reiterados perdigonazos a usuarios del centro. "Afortunadamente no ha pasado nada grave" a causa de esta "gamberrada", señaló Laura Torrado, portavoz del centro sanitario. Calificó lo ocurrido como "un susto" y destacó la "rápida actuación" de la Policía Nacional.

Algunos vecinos de la zona consideran los hechos como una "barbaridad", un acto de "vandalismo puro y duro". Uno de ellos, Beatriz Olmeda, aseguró a Efe que se trata de "una irresponsabilidad por parte de los padres que esos niños tengan a su disposición armas".

Carmen Rodríguez, otra vecina que vive cerca de la clínica, considera que las personas que han realizado los disparos "no están bien de la cabeza". Recordó que, hace pocos días, su hija dio a luz en el centro sanitario. "No quiero imaginar que hubiera pasado si ocurre entonces. Tengo hasta ganas de llorar", confesó.

Adolfo Segarra es un vendedor de cupones que intenta repartir suerte en la puerta de La Salud. Él también respira más tranquilo después de la actuación policial. "En los últimos días me resguardaba junto a la entrada, porque tenía miedo los perdigonazos". "Algunas de las personas que pasaban por aquí habitualmente estaban verdaderamente asustadas porque hubo disparos durante varios días seguidos", añadió el empleado de la ONCE.

No hay comentarios: